4. LA TRANSVERSALIDAD EN LOS EJES DEL PLAN DE VIDA Y DESARROLLO BOGOTÁ HUMANA
Los tres ejes del plan: 1. Reducir la desigualdad y la discriminación social, económica, espacial
y cultural, 2. Un territorio que enfrenta la variabilidad climática y se organiza alrededor del agua,
y 3. Una Bogotá que defiende y fortalece lo publico, son compartidos por el CTPD, sin embargo,
el ejercicio llevado a cabo durante este último mes, evidenció la necesidad de un mayor debate
sobre la transversalidad así como, un compromiso más fuerte por parte dela Administración,
para garantizar acciones transversales efectivas que configuren líneas de política pública de
mediano y largo alcance, superando la “proyectitis” coyunturalista y fragmentada, que ha
desdibujado las intenciones de la reforma administrativa de 2005. A continuación, el CTPD
presenta en análisis por Ejes, con el cual, aporta a este interesante debate.
4.1. Una ciudad que supera la segregación y la discriminación
Las apuestas de la actual administración con relación a la reducción de la segregación y
discriminación social que existe y se agudiza en la ciudad, genera un alto nivel de expectativas
en cuanto a la ejecución de los programas formulados en el PDD. Se presentan vacíos en la
correlación entre los argumentos de soporte del plan, los proyectos, las metas y la realidad de
los fenómenos territoriales, que buscan garantizar de manera efectiva los derechos de la ciudad
a todos sus habitantes, en especial, a las poblaciones en condición de vulnerabilidad.
Este eje nos plantea reducir todas aquellas condiciones que generan procesos de
discriminación y así mismo, generar las condiciones necesarias para la superación de los
niveles de subsistencia básica. Por lo tanto, recoge diversos aspectos a saber: promoción del
desarrollo integral de la primera infancia, la salud, la educación enmarcada en la construcción
de saberes, la seguridad y soberanía alimentaria, la igualdad y equidad de género, la lucha
contra los distintos tipos de discriminación y violencia, la promoción de derechos, la dignidad de
las víctimas del conflicto armado, la ciencia tecnología e innovación, el trabajo decente y digno,
la reducción del gasto en servicios públicos, y la mejora en la calidad de los servicios,
productividad y vivienda.
Todos estos aspectos relacionados dentro del eje dan cuenta de la transversalidad que aparece
como principio rector del plan, sin embargo es importante notar que el plan no muestra
claramente una estrategia de articulación intersectorial que visibilice el desarrollo de todos estos
programas y proyectos, por lo que se corre el riesgo de volver a la forma sectorizada de la
gestión pública o de caer en un desorden de la oferta institucional.
La discusión más amplia alrededor de las visiones del PDD se refiere a la continuidad de la
política poblacional. Cada uno de los grupos poblacionales tiene grandes expectativas de poder
mantener y profundizar la presentación de programas particulares de reconocimiento y
promoción de los derechos, con la consecuente asignación presupuestal.
La estrategia del PDD busca superar el aislamiento a que se han visto sometidos los distintos
grupos poblacionales, los cuales se han concentrado en la búsqueda de la superación de sus
propias condiciones adversas y en la garantía de sus derechos, sin que este ejercicio permita
acercamientos y sinergias duraderos entre los distintos sectores poblacionales objeto de las
políticas.
Es importante notar que para el PDD la superación de la segregación debe apuntar entre otras
cosas al establecimiento de puentes e intercambios entre los grupos poblacionales que
permitan dar cuenta de las condiciones comunes a todos y de ver en las distintas realidades de
los grupos y sus diferencias. Sin embargo la administración no muestra claramente cuál es la
estrategia para dar este importante paso, por lo cual algunas de la poblaciones no priorizadas
dentro del plan sienten que fueron dejadas de lado y otras que se encuentran allí señaladas
asumen que falta fortalecer aún más su presencia en el plan.
Elementos de concertación
En este contexto, el Consejo Territorial de Planeación Distrital pone a discusión diversas
propuestas en términos de programas y proyectos, que complementan y profundizan los
objetivos y estrategias propuestos en el eje, las cuales son presentadas en su totalidad en la
matriz adjunta, sin embargo, queremos señalar algunos elementos que se recogen de las
distintas propuestas y que tiene impactos sobre el eje.
En un primer momento, vale la pena señalar que las propuestas presentas por el CTPD para
este eje, giran en torno a garantizar los derechos de todas las personas, partiendo de un
enfoque poblacional, diferencial, de equidad e igualdad. También buscan ampliar el radio de
asistencia y garantía de los derechos a nuevas poblaciones, es decir, aquello relacionado con lo
que se ha denominado “los nuevos pobres”.
Al respecto se plantean propuestas como: continuar con el enfoque de garantizar los derechos
humanos, ya conseguidos y ganados en los dos planes anteriores y consolidar un sistema
público de información en esta materia; la defensa y garantía de los derechos LGBTI en la
ciudad desde la seguridad, lineamientos psicológicos, jurídico, comunicacionales; poner en
marcha un sistema de subsidios focalizados a poblaciones específicas que por sus condiciones
de vulnerabilidad, edad o situación temporal, estudiantes de familias de escasos recursos,
poblaciones vulnerables, discapacidades, lo requieren; entre otras. Es decir que para el CTPD,
el eje de segregación debe ser central en el reconocimiento de lo ya señalado: los derechos, la
diferencia, la equidad e igualdad, elementos que estando relacionados con el enfoque que se le
dé al Plan de Desarrollo, pueden ser negociados con la administración, y de los cuales ya
hemos profundizado anteriormente en este documento.
Así mismo, las propuestas presentadas reconocen la necesidad de cambio en las condiciones
que permiten acceder a la educación básica y superior, a la salud, a las expresiones culturales y
a la canasta básica, en concordancia con lo que se plantea el PDD en los objetivos, las
estrategias y algunos programas propuestos.
En este sentido son varias las propuestas que complementan lo planteado en la propuesta de
PDD, entre otras están: ampliar la meta para educación superior, ya que la planteada no es
suficiente; creación y/o ampliación de corredores culturales, territoriales y metropolitanos en las
veinte localidades de la ciudad; un nuevo modelo de salud, que enfrente las desigualdades
generadas por el Sistema General de Seguridad Social en Salud y que elimine las barreras de
acceso para la atención en salud, bajo la estrategia de atención primaria en salud, haciendo
énfasis en la coordinación intersectorial y transectorial, la participación social, la promoción de
la salud, la prevención de la enfermedad; y visibilización y fortalecimiento de los comedores
comunitarios como una garantía de seguridad alimentaria para personas en condiciones de
vulnerabilidad, con un énfasis en la estrategia productiva o con un componente de
productividad, que posibilite a los beneficiarios de los mismos la superación de su condición
asistencial, así como mejorar la accesibilidad física y económica a una canasta básica pero
adecuada a las necesidades nutricionales mínimas y a condiciones culturales y étnicas.
El CTPD reconoce la necesidad de materializar en programas y proyectos el séptimo objetivo
“Fortalecimiento del tejido productivo de la ciudad”, a través de la garantía efectiva del derecho
al trabajo, de la estabilidad laboral y la creación de procesos asociativos para la generación de
empleo y riqueza para los sectores menos favorecidos de la ciudad.
En este marco, se desarrollan distintas propuestas: mejorar las condiciones que garanticen el
derecho al trabajo, acorde con la apuesta a favor de mejorar el ingreso de las familias, no
obstante, es necesario precisar el concepto de economía popular para que los esfuerzos
públicos en este sentido, no sean aprovechados por sectores que no lo requieren; reconocer la
asociatividad de base solidaria empresarial, a través de una línea base que identifique
condiciones y permita proyectar una meta de productividad local; compra de mercado para
colegios y comedores a los pequeños tenderos de barrio en vez de a las grandes superficies,
dinamizando las economías barriales mediante la implementación de una canasta distrital que
de juego a los que se encuentran en el territorio; tener en cuenta el arte, la cultura y el
patrimonio en el Proyecto “Bancos de primer piso”, donde se incluya dentro de la economía
popular al arte, la cultura y el patrimonio.
El acceso (de manera equitativa), el fortalecimiento y la construcción de nuevos equipamientos
educativos, culturales, patrimoniales, deportivos, de atención social se hace básico para el
CTPD, como una manera de garantizar el acceso a los servicios de todas y todos los
ciudadanos y ciudadanas, en concordancia con el objetivo N. 6 de este eje, que plantea
“construir un territorio que garantice el acceso equitativo a la ciudad”. Al respecto se propone:
la construcción de nuevos espacios para la protección y atención del menor en situación
vulnerable; la construcción dos casas refugio y el fortalecimiento de las dos existentes; la
construcción, mejoramiento de infraestructura y dotación de los colegios públicos; y nuevos
espacios para el deporte extremo y la recreación pasiva, entre otros.
Se complementa la propuesta Plan de de Desarrollo con aportes hechos por el Consejo en
relación con el intercambio de saberes entre las personas mayores y los niños y niñas de la
ciudad, buscando establecer escenarios permanentes de dialogo inter generacional.
Todas estas propuestas implican necesariamente la búsqueda de la superación de los niveles
de subsistencia básica, planteado en el objetivo de la propuesta de Plan de Desarrollo, en ese
sentido se reitera que son puntos que pueden ser susceptibles de ajustar en la propuesta
presentada por la administración.
Algunos elementos de dificultad en la concertación
Desde el CTPD se ha venido analizando cuáles son las expectativas que genera el nuevo PDD,
pero este no coincide en algunos temas con los intereses del bien común de la sociedad
capitalina. Se recogieron algunas propuestas desde donde se debatieron con argumentos
precisos cuáles podían ser algunos condicionantes para desarrollar en los próximos años en la
ciudad visto desde la perspectiva del ser humano como eje fundamental del desarrollo social.
Todos los temas son de especial análisis pero se han destacado algunas propuestas concretas.
Una sugerencia general es, no incluir en las metas las campañas como una estrategia de
sensibilización ya que no responden a un proceso social, educativo o cultural que no permite
medir el impacto o el cambio frente al comportamiento de la población.
Ejerciendo el derecho ciudadano al desplazamiento peatonal por la ciudad se ha indicado que
es necesaria la construcción de andenes, puentes peatonales, espacios públicos de
conectividad y puntos de encuentro que tengan baños, lugares de venta de bienes y servicios al
usuario, cicloparqueos, entre otros, que operen 24 horas, contribuyan a la seguridad de los
sectores y de los usuarios y que potencialicen el uso de espacios e infraestructuras del sistema.
Pero esa concepción dista mucho de la realidad, cuando en la ciudad no se ha desarrollado una
política de atención al ciudadano en los mobiliarios urbanos, se considera que es de esta
manera que se deben incorporar factores que privilegien el uso masivo en condiciones óptimas
de calidad, que complementen la articulación multimodal y prioricen la accesibilidad de
personas mayores, personas en condición de discapacidad y población infantil. Estas
intervenciones deben beneficiar sectores periféricos además de las centralidades existentes.
La expresión cultural de la ciudad ha venido decayendo cuando se ha excluido a la ciudadanía
de bajos recursos del acceso a la oferta cultural. En consecuencia, el CTPD propone abrir la
posibilidad de incluir un nuevo eje estratégico: el arte y la cultura condición de una Bogotá
Humana y que tenga por objeto hacer justicia sobre las condiciones de desigualdad que niegan
a la mayoría una posibilidad de ser y de estar en el mundo que vaya más allá de las
necesidades básicas y que por lo tanto, nos hace más humanos. Este eje permitiría dar una
nueva dimensión a la condición de humanidad que proclama el Plan. El nombre propuesto es:
“Una ciudad multicultural y ciudadana”. Así mismo se trata de dar una mirada de cómo se
incorpora la jornada extendida, la educación no formal artística dentro del plan.
También se considera necesario que haya una articulación de sectores en que se evidencien en
beneficio colectivo de la ciudadanía. La ciencia, la tecnología y la innovación para el desarrollo,
como estrategia, programa y proyectos, debe ser territorializada y orientada no sólo a las
mipymes sino también a aquellos pequeños productores que tienen mayor dificultad de acceso
a la innovación. Para desarrollar la economía urbana el PDD plantea algunas variantes pero
entre esas el aprovechamiento económico del espacio público como alternativa de generación
de ingresos; de esta manera se propone que el articulado elimine la Meta “Relocalizar 42.000
vendedores ambulantes” asociada a la propuesta de nueva estrategia de aprovechamiento
económico del espacio público. Igualmente se propone la modificación del programa apoyo a la
economía popular (Art. 21) , por Apoyo a la economía popular dando sostenibilidad productiva
fomentando la implementación de procesos anteriores y reconociendo actividades del cuidado,
ajustado a la Ley 1413 y Encuesta DANE sobre economía del cuidado.
Teniendo en cuenta la implementación de un banco para la economía popular se propone
desde este espacio de participación ciudadana, la modificación del proyecto “Creación de
banco de primer piso para la economía popular” aclarando que debe darse la prestación de sus
servicios con enfoque diferencial y vinculando las redes de productores y productoras existentes
y dentro de los programas identificados de los dos objetivos pertinentes a Desarrollo
Económico, vincular a la población en situación de pobreza oculta y a la población profesional
desempleada, como categorías de beneficiarios.
Existen algunas dudas que surgen desde la lectura al tema del Sector Desarrollo Económico,
pues no queda claro en el PDD ¿cuáles son los elementos de una economía popular que
reconozca las actividades y el sector de la población al cual se quiere llegar a través del Plan?
En el programa de apoyo a la economía popular, emprendimiento y productividad, se
recomienda incluir un proyecto para construir en las localidades del occidente (Bosa, Kennedy,
Fontibón, Engativá y Suba), centros de servicio automotor (uno por localidad), en las áreas que
no serán utilizada por la ALO.
Aunque algunos apuntes del PDD apuntan a revisar el POT de la ciudad se deben tener
precisiones sobre dónde se va a incidir y si de esta manera significa cambios sustanciales para
el desarrollo del ser humano dentro del contexto donde habita. En ese sentido el CTPD propone
que los proyectos de mejoramiento de vivienda no deben destinarse exclusivamente al
reforzamiento estructural sino debe abrirse para otras modalidades como la de ampliación,
incluyendo el enfoque de la vivienda productiva como generadora de recursos a las familias que
van a ser beneficiarias de los nuevos proyectos VIS. Asi mismo incluir el Proyecto:
“Identificación de agentes privados y comunitarios para producción de vivienda y proyectos de
autogestión” Esto es una acción, no debe ser expuesto como un proyecto estratégico. El
proyecto estratégico debe ser: Promover acceso a la vivienda desde procesos solidarios y
cooperativos.
También se debe incluir o definir un área de transición y protección entre la expansión urbana
de la ciudad y las áreas de producción rural en la localidad de Usme en el marco del Plan Zonal
de Usme. Recuperación de las cesiones entregadas al Distrito y que fueron tomadas por los
privados y para realizar en ellas equipamiento dotacional.
Así mismo es necesario territorializar la inversión. Los problemas no siempre se corresponden
con las necesidades de los residentes y con las necesidades de la población que usa ese
territorio.
La densificación del centro de la ciudad: Limitar la densificación del centro de la ciudad con
megaproyectos como el de Bácata en la Calle 19 con Carrera 4a, se manifiesta una gran
preocupación debido a que estos proyectos traerán problemas de movilidad.
Incluir en el tema ambiental, la naturaleza en su conjunto es un bien de uso público, el agua, los
bosques, los suelos, el aire y demás recursos naturales son bienes que pertenecen a todos y
todas, su uso debe estar disponible para cada habitante del Distrito, la región y el país; es
indispensable la participación de todos los sectores de la sociedad en su manejo,
aprovechamiento y conservación. Puesto que no aparece en el PDD la responsabilidad
ambiental para mejorar la calidad ambiental de la ciudad, las autoridades ambientales y los
particulares darán aplicación al principio de precaución conforme al cual, cuando exista peligro
de daño grave e irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como
razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la degradación del medio
ambiente (caso de industrias y extracción minera)
Para el tema de salud el PDD no presenta antecedentes en los avances del sector, por lo que el
CTPD solicita un informe de empalme, ya que no se evidencian algunos aspectos como la
gratuidad en el servicio público de salud que venía de la administración pasada. Se solicita
explícitamente el retiro inmediato de la cuota moderadora como barrera de acceso a la salud.
Se propone que se debe lograr la articulación de los ejes sectoriales que hacen parte del PDD
con los temas de salud pública en el distrito con el fin de optimizar la inversión de recursos.
Existe una gran preocupación sobre la construcción de nuevos centros de atención en el
sistema de salud del distrito, ya que NO logrará superar la cobertura general en atención
primaria de la población en todas las localidades de la ciudad.
Se propone desde el CTPD la revisión sobre el modelo de la salud en el distrito; “Un modelo de
salud distrital que subsidia a las entidades privadas de prestación de servicios de salud – EPS
bajo el esquema de la ley 100 no tiene ni cabeza ni pies debido a la naturaleza del esquema de
prestación de servicios.
Algunos elementos que no están considerados en el eje
Dentro de la revisión del PDD en función de los procesos de las comunidades y sus territorios,
surgen iniciativas que no son vistas por el proyecto político de la administración o que se
presentan con debilidad dentro de la propuesta del PDD. Estas iniciativas se plantean desde los
actores que construyen de forma directa el territorio, y por lo tanto merecen ser recogidas y
discutidas, para hacer del discurso de la construcción social de la ciudad un componente
indispensable para el éxito de los proyectos, una realidad que empieza desde los próximos
cuatro años de gobierno distrital.
Se logra evidenciar que los objetivos de los programas enfocados hacia la reducción de la
segregación y discriminación, ajustan y reformulan lineamientos de otras administraciones,
buscando aumentar la calidad de vida de la población desde el uso equitativo de la ciudad, sin
embargo, existen vacíos en la forma como se integraran los esfuerzos entre los sectores
involucrados y los procesos participativos de la comunidad entorno al propósito expuesto en el
PDD.
Por lo tanto, antes de entrar a examinar la especificidad de los programas planteados en
función de reducir la segregación y discriminación en la ciudad, es fundamental empezar por
conciliar un mismo lenguaje a partir de la construcción colectiva de conceptos que explican la
segregación social desde la lectura de actores privados, distritales y comunitarios. Esta
construcción de bases y consensos permitirá soportar la formación de metodologías y teorías
apropiadas para el análisis y la intervención de la segregación, vista como un fenómeno urbano,
complejo, dinámico y cambiante, que ha sido característico de la ciudad y sus sociedades a lo
largo de la historia.
Esta lógica de construcción colectiva es necesaria para avanzar en la comprensión, explicación
e intervención del fenómeno, y así, superar la lectura técnica y lineal que se ha trabajado para
reconocer los procesos de segregación social y discriminación. Formas de análisis que se
fundamentan en indicadores de estratificación, ingreso y deterioro de piezas urbanas
únicamente, incluso confundiendo su conceptualización con fenómenos conexos como pobreza,
exclusión, marginalidad, estigmatización. Aunque estos factores son determines para realizar
diagnósticos y evaluar efectos de los programas implementados, no recogen de manera integral
procesos ligados a las formas de apropiación de los territorios, a los parámetros de
diferenciación cultural, social, económica y simbólica que existe entre distintos grupos
poblacionales y que sobrepasan estructuras administrativas que miden los procesos humanos
de manera parcial.
Del mismo modo, dentro del PDD se expone de forma reiterada la necesidad de buscar el
desarrollo de los programas considerando la participación ciudadana como un componente
indispensable. Sin embargo, la especificidad de los temas propuestos y el impacto directo sobre
las comunidades en las que se presentan procesos de inequidad asociados a fenómenos
urbanos, requieren que se establezca otro tipo de enfoque sobre el ejercicio de la participación
ciudadana. Por consiguiente, debe incorporarse dentro del PDD una estrategia transversal e
intersectorial, que no solo fortalezca los instrumentos de participación y control de los
programas, sino que proponga una nueva estructura de gestión que incorpore las dinámicas
que son invisibilizadas por los objetivos de los proyectos, y que solo las comunidades, haciendo
parte de la formulación, ejecución y aprovechamiento de estos pueden hacer visibles.
Es así como surgen iniciativas que no son vistas o se presentan con debilidad dentro de la
propuesta del PDD, que buscan ser recogidas y adicionalmente, hacer evidente la construcción
social de la ciudad como un componente indispensable para el éxito de los proyectos.
Algunas de las propuestas son: configurar el servicio obligatorio comunitario y ambiental de
bachilleres, con proyección educativa técnica y/o profesional, en el marco del programa trabajo
decente y digno; revivir el Fondo Mixto de Cultura para impulsar pequeñas industrias culturales
y/o consumos culturales, en el marco de la meta de crear 150 emprendimientos con jóvenes en
industrias culturales y creativas; observatorio distrital de recreación, deporte y tiempo libre.
Construir en escenarios participativos los mecanismos de vinculación y articulación de la
economía popular que trabaja y deriva su sustento del sector de movilidad a los procesos de
formulación y operación de los diferentes modos de movilidad; ampliación y creación de
centros de atención y protección al niño vulnerado; proyecto para la protección, promoción y
restablecimiento de los derechos de las personas mayores, implementar en cada localidad un
centro de atención para personas en condición de discapacidad, donde se apoye la labor de
cuidadores y cuidadoras, la creación de un sistema de información a nivel distrital que permita
la identificación, historia clínica de servicios brindados por el Estado o historia social, de tal
forma que permita el manejo más efectivo en el proceso de intervención por parte de cada una
de las instituciones, a su vez se propone un sistema de monitoreo por localidad que de cuenta
del avance de la implementación de dicho programa.
4.2. Un Territorio que se enfrenta al cambio climático y se ordena alrededor del agua.
En este Eje de la propuesta de PDD se incluyen temas tan complejos como el ambiente, el
hábitat, la movilidad, determinantes para el ordenamiento del territorio y la planeación de la vida
humana y urbana. En el diseño y proyección de estos aspectos del Plan se define realmente el
modelo y el enfoque de desarrollo que se concibe para la ciudad. Las entidades comprometidas
en los temas relacionados con este Eje son las Secretarías de Hábitat, de Ambiente, las
Empresas de Servicios Públicos, el IDU, la Caja de la Vivienda Popular, la ERU, la UAESP, el
Jardín Botánico, entre otras.
En Bogotá los desarrollos y debates en materia ambiental han sido considerables en los últimos
veinte años, y la inclusión de los mismos en la agenda de ciudad ha resultado un logro
importante para movimientos y activistas ambientalistas que impulsan acciones, promueven
discusiones y procesos pedagógicos que le señalan a la ciudad los caminos y derroteros en
materia ambiental. La propuesta de PDD de la actual administración reivindica el ordenamiento
del territorio en torno al agua, buscando enfrentar el modelo depredador del medio ambiente
que hasta ahora ha acompañado el desarrollo de Bogotá. Para ello el PDD se empeña en
abordar políticas y temas de importancia nodal para la ciudad como el cambio hacia un modelo
de ciudad densificada en su centro ampliado, el ordenamiento en torno a la protección de la
estructura ecológica principal, haciendo énfasis en la protección de la Cuenca del Río Bogotá,
los Páramos circundantes y las zonas de reserva forestal. Además se propone desarrollar
acciones tendientes a controlar la expansión urbana, la revitalización de las zonas deterioradas
del centro ampliado y el desarrollo integral de los asentamientos informales de la ciudad.
Respecto al Sector Hábitat el PDD propone la densificación del centro ampliado, para concretar
la renovación urbana, la intervención integral de las zonas de origen informal, políticas de
reasentamiento, mejoramiento integral de vivienda, provisión de redes de servicios públicos;
políticas todas encaminadas a desarrollar programas de vivienda dirigidas a reducir los déficit
de vivienda de la ciudad y a dignificar la vivienda y el hábitat para los sectores más necesitados
de la ciudad. Se destaca la introducción de la noción de revitalización referente a la
recuperación integral de zonas deterioradas como el centro ampliado y la intervención de los
bordes urbanos en los que se plantea un ordenamiento en torno a la recuperación ambiental de
quebradas, zonas de ronda y todo su entorno; y la provisión, mejoramiento de vivienda y hábitat
con la dotación de servicios, equipamientos y espacios públicos. Otros aspectos a destacar
también podrían ser la inclusión de la noción del manejo integral del riesgo como una política
que se antepone al tradicional enfoque de prevención y atención de emergencias, así como la
política de manejo de los residuos solidos con el Programa Basura Cero, destinado a acabar
con los rellenos sanitarios. Dentro de los elementos destacables de política de movilidad se
encuentra la apuesta por la intermodalidad del transporte público masivo, así como el cambio
de nuevas tecnologías y uso de nuevas formas de energía para el mismo.
La totalidad de los objetivos, estrategias, programas y proyectos propuestos, por lo menos
teóricamente, se encuentran enmarcados en un modelo integral en el que cada proyecto y
programa se encuentra relacionado con los otros componentes del PDD. Especialmente los dos
primeros ejes tienen estrecha relación con políticas ambientales y de derechos. Entonces el
CTPD entende que el Eje “Un territorio que se enfrenta al cambio climático y se ordena al
rededor del agua” es transversal, por su incidencia en temas relacionados con el sector
ambiente, la vivienda, los servicios públicos, la infraestructura, el equipamiento urbano, la
renovación urbana, la política de gestión del riesgo, el manejo de residuos sólidos, la
intervención integral de la ciudad informal, en general, la atención de los problemas más
importantes del territorio y los seres humanos que lo configuran, el buscar la efectividad de
derechos en el territorio, transversalidad que en el articulado podría quedar desvirtuada.
Tanto las Bases para el PDD como el Proyecto de Articulado, tienen la dificultad de reducirse a
planteamientos generales. Es preciso tener en cuenta que en el PDD, especialmente en el
articulado, se tiene que llegar a formulaciones que busquen la concreción de las políticas
generales en enunciados más precisos medibles en el tiempo y el espacio. Los proyectos están
enunciados, pero les falta mayor formulación y elaboración. Es de esperar que en este proceso
de discusión, con una amplia participación del CTPD, de la ciudadanía y otros actores sociales
se llegue a una formulación más detallada en programas y proyectos que desarrollen las ideas
generales hasta ahora planteada.
El eje sitúa al territorio como escenario estratégico de intervención en cuatro aspectos: el agua
como bien que tiene un soporte natural que debe ser recuperado para dar sostenibilidad al
desarrollo de la ciudad; la gestión del riesgo y la apropiación de prácticas culturales que
contribuyan a reducir la vulnerabilidad de sus habitantes; la revitalización de la vivienda para
estratos bajos (VIS y VIP) en cuatro escenarios que cambiarían las condiciones de
habitabilidad de la ciudad: densificación, renovación, bordes urbanos y acción sobre barrios
informales; y la incidencia en el sistema y condiciones de transporte con tecnología limpia,
nuevo modelo de regulación y una base vial recuperada e integrada con el SITP, como sustento
de mejoramiento de la movilidad.
Sin embargo, en la estructuración del Plan (programa, proyecto, meta), el agua constituye un
componente que trasciende a la región, lo cual no se ve reflejado en los componentes de
movilidad, vivienda y gestión integral del riesgo, con algunas excepciones relacionadas con
metas puntuales y experimentales por su dimensión en vivienda ecológica y educación
ambiental.
Aún con mayor dificultad se puede apreciar su reflejo en el presupuesto, más allá de compartir
costos de revitalización de vivienda y comparativamente ser el rubro más reducido del
presupuesto de inversión de proyectos prioritarios, el cual no es insuficiente pero sí
determinante en la definición del alcance de ésta política respecto a la estructura del Plan que
se traduce en las metas relacionadas con el agua18. Este aspecto es de extensa consideración
y debate en el CTPD, que genera enorme inquietud se refiere a la priorización de los programas
y proyectos del mismo. Para todos es sabido que las destinaciones presupuestales determinan
las verdaderas prioridades del Plan. Por ello no se comprende cómo el EJE del ordenamiento
del territorio en torno al AGUA, destina ocho billones y medio al tema de la movilidad, mientras
tan solo presupuesta algo más de trescientos mil millones a los programas ambientales.
Es muy pertinente situar el agua en el centro de las preocupaciones para un modelo de ciudad
sostenible, más aún cuando la forma de construcción del espacio urbano de la ciudad ha dejado
este componente vital a espaldas del desarrollo de la ciudad. Sin embargo, en opinión del
CTPD, el agua y el ambiente deberían incorporarse de manera contundente al enfoque de los
derechos, del que no puede escapar intervención alguna sobre el territorio. Adicionalmente, el
agua y el ambiente no pueden verse como un eje de intervención independiente de los demás
componentes estratégicos del PDD. La búsqueda de un territorio sostenible debe estar en
armonía con la dignificación del ser humano, con la reducción de la segregación y la
profundización de la democracia a través de la consolidación de una administración
responsable en defensa de lo público. En este sentido el CTPD, revisando los proyectos y
metas del articulado, ha hecho su observación sobre los vacíos en la transversalidad del PDD
respecto al eje en términos del diálogo entre sectores, principalmente ambiente, movilidad,
hábitat salud, cultura, educación y desarrollo, la gestión ambiental como fundamento de
cambio de rumbo hacia una ciudad sostenible, y la participación de la sociedad organizada en la
planificación del territorio, y en el seguimiento y la evaluación como principio de la
administración del PDD.
En los siguientes apartes nos extendemos en las deliberaciones, reflexiones y debates que respecto a este eje se presentaron en el CTPD y en los escenarios participativos que por sectores y por territorios tuvimos la oportunidad de promover o ser invitados.
Ambiente en el Plan de Desarrollo – CTPD
El PDD, Bogotá Humana 2012-2016, reconoce los ecosistemas y los recursos naturales como
bienes de uso público, y es necesario resaltar el hecho de que los efectos de su deterioro
(contaminación y reducción) se socializan, pero su beneficio se realiza de manera individual.
Por lo cual, la disponibilidad y accesibilidad de recursos con equidad para todos los habitantes
requiere, indispensablemente, de la participación de todos los sectores de la sociedad en su
manejo, aprovechamiento y conservación.
En este sentido, el CTPD considera que el PDD soslaya la responsabilidad ambiental de
quienes inciden en la degradación de los recursos naturales, especialmente de aquellas
actividades de mayor impacto como es el caso de industrias y la extracción minera. En
contraste se propone el fortalecimiento de las autoridades ambientales y la configuración de
acciones que promuevan en los particulares la prevención de riesgo ambiental, cuando exista
peligro de daño grave e irreversible. En este caso se debe superar la falta de certeza científica
absoluta como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la
degradación del medio ambiente.
El agua y el ambiente no se pueden ver como un eje de intervención independiente de los
demás componentes estratégicos del PDD. La búsqueda de un territorio sostenible debe estar
en la armonía con la dignificación del ser humano mediante la reducción de la segregación y la
profundización de la democracia a través de la consolidación de una administración
responsable en defensa de lo público. Asociado a la degradación de los recursos del agua, del
aire, de la vida y del suelo, se encuentra la preocupación de la salud como una relación
inseparable de las condiciones ambientales. Así, una disminución de enfermedades asociadas
a la contaminación de estos recursos debe constituirse en una proyección medible del cambio y
la sostenibilidad ambiental de la ciudad, concretando las iniciativas que desde el PDD se busca
apoyar.
En Bogotá los desarrollos y debates en materia ambiental han sido considerables en los últimos
veinte años, y la inclusión de los mismos en la agenda de ciudad, como resultado de la gestión
de movimientos y activistas ambientalistas le señalan a la ciudad caminos y derroteros en
materia de la gestión ambiental. No obstante, dicha gestión debe fortalecerse en los procesos
de regulación que propenden por la generación de espacios para el agua, particularmente
cuando la solución está permeada por la inseguridad jurídica en casos de áreas protegidas,
regularización de barrios informales y en territorios que presentan conflictos de uso del suelo.
Adicionalmente, la gestión ambiental exige en el mundo actual una mirada global, por lo cual el
CTPD sugiere la incorporación de estrategias de protección ambiental frente al tratado de libre
comercio –TLC, si se pretende armonizar la lógica del mercado y del desarrollo de una ciudad
ambientalmente sostenible, como mecanismo para contrarrestar los impactos cuando este entre
en vigencia, el cual implicará mayor intervención en el manejo integral de residuos con inclusión
de la población recicladora y las comunidades vulnerables de la zona de impacto del Relleno
Doña Juana, con la apropiación e implementación de tecnologías sociales de proceso y de
producto en la recolección y disposición final de los residuos sólidos, el desmonte paulatino del
relleno Doña Juana dentro de la política "Basura Cero".
Hábitat en el Plan de Desarrollo.
El CTPD y encontró una serie de discusiones y debates referidos al Sector Hábitat que es
preciso relacionar. Inicialmente está la necesidad de clarificar el alcance del concepto de
VIVIENDA DIGNA, que, reiteradamente es utilizado en la Propuesta de PDD, pero del que no
se precisan sus mínimos. Es una VIP, una VIS o qué tipo de vivienda. Cuáles son los atributos
de la misma. La política de Subsidios que deja al sector privado la financiación y construcción
de vivienda, la escasez de suelo urbanizable y la especulación con el mismo, son factores que
vienen atentando contra la noción de una verdadera VIVIENDA DIGNA. En este aspecto es
necesaria una mayor intervención del Estado, más allá de otorgar subsidios.
Se plantea la preocupación de que el enfoque definido en el PDD no se ve concretado en los
proyectos. Estos últimos dan continuidad a la dinámica “asistencial” que se venía trabajando
con características desintegradoras, dispersas y de no articulación entre las entidades del
Sector Hábitat. Las políticas principales para el sector referidas a la revitalización del centro
ampliado, el tratamiento integral de bordes urbanos, son vistas como consecuentes y
pertinentes con el modelo definido y las necesidades de la ciudad. Sin embargo, es necesario
que los programas y proyectos garanticen la transversalidad del Sector en el terreno, ya que
hasta ahora las entidades encargadas de los temas de hábitat y vivienda han desarrollado
programas que marchan cada cual por su lado y no seexiste articulación entre entidades ni
entre programas. Programas de Reasentamientos Humanos, de Mejoramiento de Barrios, de
Mejoramiento de Vivienda han marchado cada uno por su lado, ocasionando dispersión de
esfuerzos, saturación de recursos y pérdida de posibilidad de mayores impactos. Al respecto se
pueden revisar experiencias como los Proyectos Urbanos Integrales -PUI-, implementados en
zonas deterioradas de la ciudad de Medellín.
Acerca de la Revitalización del centro ampliado, no queda claro qué actores van a intervenir en
la construcción de proyectos de vivienda en estas zonas. Será con recursos del Distrito,
inversión privada, o la comunidad. Cómo se va a garantizar que no se frustren estos proyectos
con los sabidos problemas relacionados con la especulación de los precios del suelo. Queda la
inquietud de si el sector privado estaría dispuesto a financiar e invertir en la construcción de
VIVIENDA DIGNA para estratos 1 y 2 en zonas centrales de la ciudad, en condiciones de
control de los precios del suelo y de bajas ganancias en relación con otros proyectos. También
nos preguntamos si la comunidad de estas zonas se encuentra organizada o es susceptible de
serlo, para emprender de manera autogestionaria la construcción de proyectos. (Ejemplo,
comunidades de barrios como Las Cruces, Santa Bárbara, Girardot, Santa Inés, San Bernardo,
etc. zonas de alto deterioro urbano y con una mayoría de población arrendataria y alta
concentración de habitantes de calle). Al parecer, queda la alternativa de que sea el Estado, a
partir de las entidades Distritales -ERU, CVP, Metrovivienda -, las que tendrían en sus manos la
iniciativa para el impulso de este tipo de proyectos en el Centro Ampliado. La pregunta es si
estas entidades cuentan con la experiencia, estructuras organizativas y procesos internos y con
la capacidad para implementar estos proyectos habitacionales.
Respecto a programas de expansión urbana promovidos por anteriores administraciones, como
la Operación Usme o Plan Zonal Norte, el PDD no trae una alusión precisa que defina su futuro.
Resulta inquietante, dado el enfoque definido en el presente Plan de priorizar la densificación de
las áreas centrales de la ciudad.
Sobre la revitalización de barrios populares de origen informal, quedan inquietudes frente a los
procesos de legalización de barrios y titulación de predios. Se plantea que este proceso debe
ser INTEGRAL, recogiendo el enfoque planteado por el CTPD, en el sentido que no puede
limitarse solamente a la atención físico – espacial, como queda expresado finalmente en las
metas, sino que debe darse un tratamiento integral. Se evidencia la preocupación por la
situación de exclusión de los asentamientos ubicados en zonas protección que ya tienen
desarrollo urbano, pero se encuentran en limbo jurídico y por tanto al margen de los planes y
programas de desarrollo. Al respecto también se plantean discusiones respecto a lo que se
entiende por Borde Urbanístico y si la revitalización comprende la inclusión de los habitantes de
Borde y el reconocimiento de sus derechos independientemente de la condición jurídica de sus
predios y asentamientos.
En el debate se presentan otras propuestas sobre vivienda que pueden ser consideradas tales
como la implementación de estímulos a la construcción a nuevos desarrollos de vivienda o
comercio que, mediante la liberación de altura garanticen metros cuadrados de espacio para
dotacionales de bienestar como salacunas, casas de cultura, casas de equidad, centros de
formación, museos, espacios deportivos. O la promover acceso a la vivienda desde procesos
solidarios y cooperativos.
MOVILIDAD en el Plan de Desarrollo.
Respecto a la Movilidad, tal vez el problema coyuntural más sentido por los Bogotanos en la
actualidad, situación a la que hemos llegado por la escogencia de un esquema unimodal, el
Plan se propone efectivamente transitar por la vía de la intermolidad, buscando que la ciudad se
movilice por muy variados y diversos medios de transporte. Se trata de una apuesta importante
y audaz, ya que nos habíamos acostumbrado a que administración tras administración se
consumían en lo definido hace cerca de quince años y aplazaban la toma de decisiones al
respecto para facilitarle un cambio a la ciudad.
Entre las políticas relacionadas con la Movilidad expuestas en el Proyecto del PDD, se
relacionan estrategias enfocadas hacia la gestión e implementación de acciones responsables
con el medio ambiente, y a su vez, con altos impactos sobre la reducción de la segregación
social en Bogotá.Estas intervenciones se plantean al servicio de una visión integral del
ordenamiento del territorio en torno al agua, manteniendo un compromiso por mejorar las
condiciones de integración socio espacial y por la consolidación de un modelo de ciudad densa
y compacta.
La densificación verde y sin segregación de Bogotá expuesta en el PDD apuesta por un
transporte que soporta el acceso equitativo a la ciudad y que aporta, a las diferentes medidas
encaminadas a enfrentar el cambio climático. Esto implica que el transporte público utilice
tecnologías limpias disponibles, las cuales tienen como propósito la reducción de emisiones de
gases y desperdicios contaminantes que aumentan el efecto invernadero, optimizar el consumo
de recursos (no renovables y renovables); reutilizar y reciclar sus componentes y minimizar el
uso de la tierra y la producción de ruido y la contaminación visual. En el documento del PDD se
evidencia la pretensión de que la movilidad privilegie el transporte masivo sobre el transporte
particular, razón por la cual, se impulsa la proyección del metro ligero y el metro pesado;
proponiendo, adicionalmente, la transición del transporte público de gasolina y diesel a la
implementación de transporte con funcionamiento a gas y electricidad.
Así mismo se propone el fomento del uso intensivo de la bicicleta, la movilización peatonal y no
motorizada, buscando generar una interoperabilidad entre modos diversos de trasporte
atendiendo las necesidades diferenciales de hombres y mujeres a nivel generacional, de
discapacidad y de ingreso. En este sentido, se encuentra que desde el sector de movilidad se
propone priorizar el uso del transporte masivo y colectivo, iniciando con la puesta en operación
del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) como complemento del sistema
Transmilenio, se busca el funcionamiento de un sistema multimodal que combine transporte
masivo – metro, tranvía, metrocable y ciclovías – permitiendo reducir costos y tiempos
asociados con la movilidad de la población.
Algunas Reflexiones aportadas por CTPD en la construcción de propuestas
Los programas y proyectos propuestos en el PDD muestran principios técnicos que se
corresponden con los ejes estratégicos planteados, los que, sumados a una lectura integral del
territorio asociada a la necesidad de potencializar el desarrollo humano de toda la ciudadanía,
dan a entender que el programa de movilidad humana comprende esfuerzos que buscan
superar la operación de modos de transporte. Es decir el programa de movilidad humana
genera expectativas muy altas entorno a la locomoción y accesibilidad de todos y todas para el
aprovechamiento equitativo de bienes, servicios y equipamientos que hace efectivo el derecho a
la ciudad. Por lo anterior, y luego de evaluar los proyectos prioritarios, sus metas e indicadores
en el sector de movilidad se encuentran vacíos que ponen en duda una ejecución integral que
se corresponda con las expectativas planteadas.
Por lo anterior, y en virtud del derecho a la ciudad deben crearse condiciones especiales que
favorezcan la construcción participativa de la ejecución del programa de movilidad humana
planteado en el PDD. No se puede perder de vista el desarrollo de vías e infraestructura que
actualicen y soporten la implementación de distintos modos de transporte, en especial el
sistema de movilidad peatonal y de ciclorutas en sectores periférico y de conexión regional.
Ante la actual ineficacia en la gestión de la movilidad, asociada a dinámicas de desarrollo de la
ciudad y de la región como la desigualdad en el acceso a infraestructura y servicios, al uso
irracional del suelo y del medio ambiente que compone el territorio, se propone como soporte de
las observaciones, criticas y proyectos planteados una administración coordinada con los
municipios de la región y con las comunidades que se benefician o se perjudican con las
intervenciones.
En ese sentido, el CTPD, propone la implementación de nuevas tecnologías para mejorar o
reemplazar las existentes, y así, reducir la emisión de gases contaminantes en respuesta al
cambio climático, es una proyección que no evidencia estrategias concretas de ejecución, razón
por la cual, la relación costo beneficio expone impedimentos a corto plazo.
Al interior del CTPD y en los diferentes escenarios de participación surgieron algunas
inquietudes que se pueden relacionar de la siguiente manera:
¿Cuál es la estrategia de financiación que permitirá que la trasformación de los
vehículos de trasporte a gas y electricidad no afecte los costos de implementación y
operatividad del sistema? ¿Podrá ser asumido el costo de la introducción de tecnologías
limpias dentro del sistema de trasporte?
¿Cómo se construirá la infraestructura (vías, andenes, estaciones, terminales, ciclorutas)
para garantizar la circulación de vehículos de trasporte multimodal y el aumento de la
densidad de usuarios hora sentido, haciendo efectiva la conectividad entre sectores
periféricos, centralidades, equipamientos y municipios vecinos? ¿Se utilizará la misma
infraestructura que hoy resulta insuficiente en sectores de alta densidad poblacional?
¿Cómo se evitará que la superación de las actuales problemáticas del sistema
Transmilenio obstaculicen y debiliten la gestión, financiación e implementación del
programa de movilidad humana?
¿Las estrategias y alcances del programa de movilidad humana a partir del uso masivo
del Sistema Integrado de Trasporte Público lograrán atender la nueva demanda de
usuarios además de la que ya existe, sin afectar la calidad del servicio?
¿El esquema de financiación del Sistema Integrado de Trasporte Público basado en
subsidios y fuentes alternativas de ingreso, logrará soportar el desarrollo y sostenimiento
de la entrada en operación de nuevas formas de trasporte (metro, metro ligero, cable,
infraestructura principal) sin afectar las tarifas y la calidad del servicio?
4.3. Una Bogotá que defiende y fortalece lo público
Este Eje tiene que ver con la totalidad de entidades del Distrito, sin embargo las entidades que
diseñan y promueven acciones para el fortalecimiento de la estructura administrativa y su
relación con la ciudadanía son la Secretarías de Gobierno y General, de ellas dependen las
Alcaldías Locales y se relacionan con la totalidad de entidades distritales, y también de
dependen el IDPAC, el Servicio Civil, la Consejería para Víctimas, entre otras. En este se
trabajan temas relacionados con el territorio, la participación, la descentralización político
administrativa, el fortalecimiento de la democracia, la construcción de paz, la seguridad, DD HH
y convivencia; el control social y ciudadano sobre los asuntos públicos la lucha contra la
corrupción, la racionalización de la administración pública, entre otros.
En el PDD se proponen políticas respecto a la totalidad de los temas mencionados, aunque se
destaca la importancia de temas como de la PARTICIPACIÓN y el enfoque preventivo de la
problemática de la seguridad ciudadana. Es muy importante la inclusión de los
PRESUPUESTOS PARTICIPATIVOS en los niveles distrital, local y por micro territorios,
buscando que la propia ciudadanía defina la inversión en asuntos de ciudad que le afectan
directamente. Llama la atención también el proyecto de la racionalización y ajuste del Sistema
Distrital de Participación y, resulta novedoso el proyecto que busca la promoción y
fortalecimiento de la participación de organizaciones, movimientos sociales y comunitarios
Sin embargo, no es claro el modelo para la implementación de la participación ciudadana en los
Presupuestos Participativos. En el CTPD se ve con preocupación el hecho de que en el plano
de la ejecución se puede continuar con prácticas continuamente cuestionadas por la propia
administración y la ciudadanía. En el ejercicio de participación de la misma discusión de este
PDD ya se escuchan cuestionamientos al respecto. Es necesario precisar propuestas que
lleven a ajustar los mecanismos institucionales locales y distrital para hacer más efectiva y
eficiente la participación para que su alcance vaya más allá de los formalismos contemplados
por la norma. También es necesario cuidarse de que la participación ciudadana sea utilizada de
manera indiscriminada, convocado multiplicidad de reuniones, redoblando esfuerzos para
terminar convirtiéndola en un mecanismo que tan solo le otorgue legitimidad a la administración
de turno.
Para el CTPD resulta inquietante el desconocimiento de la Descentralización en el PDD, pues
contempla tan solo un proyecto que pretende la revisión de las competencias y funciones de las
Localidades. Se considera que existe bastante evidencia y experiencia en las localidades como
para emprender un proceso que vaya más allá de lo propuesto y tendiente a promover una
reforma de fondo que conduzca a un verdadero fortalecimiento de los procesos de
descentralización. En así que se requiere la inclusión de un proyecto o programa que propenda
por la articulación entre Participación y Descentralización con el objeto de minimizar las
prevenciones de las autoridades locales. Se precisa que las entidades distritales desarrollen sus
proyectos con recursos propios, para permitir que las Localidades ejecuten sus presupuestos en
proyectos que tiendan al fortalecimiento local. A propósito se propone profundizar los procesos
de descentralización recogiendo el Manifiesto de la Descentralización construido de manera
participativa por el Consejo Territorial de Planeación Distrital junto con las JAL durante el año
2011.
Respecto a los temas de Seguridad y Convivencia se valora positivamente el énfasis en un
enfoque que privilegia la atención de las causas sociales de la violencia, la delincuencia y la
inseguridad ciudadana y las acciones de prevención y atención de jóvenes, habitantes de calle
y población vulnerable. La búsqueda de la convivencia, la no discriminación, la tolerancia y el
reconocimiento de los derechos de las minorías sobresale en el enfoque de la seguridad y
convivencia. Además destacar las acciones tendientes a la prevención de los factores de
inseguridad. El CTPD considera de mucha importancia la inclusión de la atención y garantía a
los derechos de las víctimas del conflicto, desde la cual se proyecta la aplicación de la ley que
sobre el particular se ha aprobado desde el ámbito nacional.
Por otra parte, respecto al tema de seguridad, el CTPD cuestiona el hecho de la inexistencia de
proyectos que atienda las mayores preocupaciones de la ciudadanía -especialmente de los
barrios de la periferia- referentes al microtráfico, señalado por las propias autoridades como el
mayor causante de los temas de violencia, sicariato e inseguridad. Las comunidades señalan la
existencia de verdaderas mafias ligadas a este fenómeno, no tratado en el PDD. Relacionado
con esto, además resulta preocupante la no inclusión del problema referido al papel de las
autoridades frente al manejo y control de los lugares de expendio de drogas y la participación
de la ciudadanía. Resulta inquietante que en relación con el tema de la seguridad no se
mencione la cuestión de la INTELIGENCIA. La ciudadanía percibe que son demasiados los
recursos invertidos en seguridad, los cuales no se corresponden con los resultados alcanzados.
Al respecto además existen serios cuestionamientos a la financiación de equipos desde las
localidades, cuando la obligación corresponde al Fondo de Vigilancia y Seguridad.
Una de las mayores preocupaciones del CTPD se refiere efectivamente a la participación en los
procesos de Planeación. Considera que Bogotá carece de un Sistema Distrital de Planeación, el
cual debe crearse integrado por entidades distritales y por las instancias de Planeación
participativa, en que se designen unas funciones muy claras y se les entregue unas
competencias y recursos. La Participación Ciudadana con decisión es muy importante, y los
CABILDOS propuestos son vistos como escenarios que pueden partir la historia de la
participación. Sin embargo existen preocupaciones, pues se ha creado mucha expectativa, pero
también existe desinformación, desconocimiento y desconcierto frente al tema, por lo que se
requiere precisión y aclaración sobre todo el tema de la Participación y sus alcances. Una de las
inquietudes se refiere a multiplicidad de escenarios de participación, que genera confusión
entre la ciudadanía, lo cual se ve reflejado en la poca inscripción de la ciudadanía para los
ENCUENTROS CIUDADANOS en las Localidades. Otras inquietudes se dirigen a la capacidad
de los gestores y funcionarios de IDPAC para promover la participación y en la impresión de
que se está improvisando con el tema.
Además, la idea es convocar a la ciudadanía para que participe en tres niveles: asuntos de
ciudad, localidad y territorio menores (UPZs); se podría conducir al agotamiento de los
participantes, por ello, la propuesta metodológica debe ser ágil y contundente en su aplicación.
Si se tiene en cuenta, que todos(as) los(as) ciudadanos(as), tienen derecho a la participación en
la vida política local mediante la elección libre y democrática de los representantes locales, así
como en todas las decisiones que afecten las políticas locales de planificación, producción,
renovación, mejoramiento y gestión de la ciudad, se aconseja que las reglas de los
mecanismos de participación sean claras, comprensibles, eficaces, y permitan su desarrollo, y
expliciten el procedimiento en la metodología escogida. Por tanto, cualificar tanto a los
funcionarios como a los ciudadanos que participan, no solamente para esta coyuntura, sino
para explorar escenarios futuros de ciudad desde una visión global de la misma, puede ser un
incentivo.
El CTPD considera que “Defender y fortalecer lo público” esbozado en el tercer eje del PDD,
debe reflejarse fortaleciendo las instancias de Participación como el Consejo Territorial de
Planeación Distrital, los Consejos Locales de Planeación (C.L.P.) y otras instancias sectoriales y
territoriales. Activando el Sistema Distrital de Participación Ciudadana, promulgado en el
marco de la Ley 152 de 1994, que incluya tanto a las entidades encargadas del tema como a
las instancias de Participación distrital y local.
Así mismo, crear una Secretaría Distrital de las Mujeres, haría que visibilizara aun más el
papel que cumplen éstas en la sociedad, propuesta reivindicada por el Consejo Consultivo de
Mujeres, al igual que se realicen pilotajes de presupuestación participativa sensible al género y
crear e implementar una escuela de formación a servidores y servidores públicos para la
equidad de género; teniendo en cuenta que la ciudad, ya ha avanzado, en el tema en algunas
localidades, tales como Rafael Uribe Uribe y Barrios Unidos. En el mismo sentido el CCM,
propone que dentro del Programa Presupuesto participativo vinculante, el proyecto educación
ciudadana para la participación es necesario incorporar una meta orientada a cualificar y
desarrollar las competencias técnicas y políticas de las mujeres y sus organizaciones para su
incorporación en los procesos de presupuesto participativo.
El CTPD considera por otra parte que es imprescindible democratizar los procesos de
contratación, lo cual puede entenderse como un factor que ayuda a batallar contra la
corrupción en las entidades contratantes, sino que además contribuye a facilitar la
participación ciudadana en la gestión pública y el ejercicio del control social a la gestión de
las entidades distritales según lo establecido en el Estatuto Básico de Organización y
Funcionamiento de la Administración Pública - Ley 489 de 1998 y lo establecido en la Ley 850
de 2003 reglamentaria de las veedurías; así mismo, adelantar contactos con el Departamento
Administrativo de la Función Pública para adelantar proyectos específicos en el marco del Plan
Nacional de Formación para el Control Social a la Gestión Pública.
El CTPD recoge propuestas de implementar elementos de seguimiento y control social tales
como la Consulta ciudadana, encuestas de opinión, recepción de quejas y sugerencias de los
ciudadanos y/o usuarios de servicios, audiencias públicas ante situaciones conflictivas graves,
elementos que ayudaran igualmente a parar la corrupción.
Además se considera que el Gobierno Digital debería incorporarse en dos sentidos: las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba,
destinadas a la generación de asuntos de participación ciudadana que, junto a otras acciones,
contribuirán a mejorar el debate público y fortalecer la cultura ciudadana. Aunado al implemento
de la nueva tecnología se debe crear, potenciar y consolidar redes amplias, flexibles e
inclusivas, dedicadas a la participación, planeación y seguimiento de las actividades de cada
uno de los proyectos que resulten de los Planes Locales y el Distrital.
El PDD plantea 4 objetivos y 11 estrategias para su cumplimiento. Sin embargo se encuentra
que no menciona una causa fundamental del deterioro de lo público, como la apropiación que el
sector privado hace de lo público con intereses que no son los de la sociedad. Administraciones
anteriores han entregado el manejo de muchos bienes públicos a manos privadas. En Cultura
tenemos muchos ejemplos y en Educación los más sobresalientes son el de los colegios en
concesión y la operación de las bibliotecas. En el CTPD se considera urgente la recuperación
de lo Público para lo Público y redefinir la relación con lo privado ya que la administración no
puede continuar entregando los activos de la ciudad para usufructo del sector privado. Tampoco
se puede continuar tercerizando y entregando el desarrollo de servicios públicos y sociales a
operadores privados que no tienen vocación de servicio sino de ganancia.
Sería conveniente que el PDD hiciera claridad acerca de si son deseables y necesarias las
alianzas temporales entre sector público y privado como las que se proponen para hacer viables
programas tan importantes como la jornada extendida. Sin embargo no hay que confundirlas
con las concesiones que se otorgan para la explotación de bienes públicos y que delegan la
prestación de servicios, tales como colegios en concesión, parques y bibliotecas públicas
mediante contratos y convenios de diversa índole. Y mientras sea posible que el Estado asuma
directamente la administración de estos bienes el PDD debe plantear exigencias mínimas que
deben ser cumplidas por la contraparte privada, por las alianzas, los convenios de asociación,
para la administración de bienes y servicios públicos en concesión, que garanticen que siempre
prevalezca el interés público en el uso y explotación de estos bienes y el control por parte de
Estado y de la ciudadanía. En ese sentido el CTPD plantea la necesidad de reversar
contrataciones de servicios públicos a privados como en EAAB, Energía, UAESP, entre otros,
bajo el argumento de que algunas de esas operaciones privadas le resultan más onerosas tanto
a la ciudad como a los usuarios.
El CTPD encuentra a su interior debates muy interesantes frente al tema de la inclusión de los
enfoques de derechos y diferenciales para hacer efectivos los derechos de las poblaciones y las
minorías. Se considera que la cuestión no está en el reconocimiento y el disfrute del derecho,
sino en la deliberación y la posibilidad de construir los derechos de esas minorías. En ese
sentido, tanto las mujeres, como los LGBTI, jóvenes y niños realizaron interesantes propuestas
que son objeto del debate. El CTPD acoge, la discusión planteada por la población LGTBI en el
sentido de que, en la Propuesta de PDD, ésta se encuentra invisibilizada y preocupa que se
quiera direccionar la política pública en todos sus componentes hacia la Secretaría de
Integración Social, cuando se tienen espacios construidos en otras Secretarías, como es el
caso de Gobierno. Esta población considera que la política no se puede reducir al goce efectivo
del derecho, sino que debe garantizarse el tener la posibilidad de profundizar en la discusión
conceptual y de las categorías a través de enfoques de derechos.
Finalmente, el CTPD considera que, desde la misma discusión y elaboración del presente PDD,
queda la impresión de la descoordinación institucional del Distrito, con comportamientos
dispersos, cruce de competencias, contradicciones entre funcionarios. El CTPD reitera
inquietudes frente al hecho de que entidades y funcionarios no atienden las inquietudes e
invitaciones para la discusión del PDD en escenarios de participación ciudadana.
Los tres ejes del plan: 1. Reducir la desigualdad y la discriminación social, económica, espacial
y cultural, 2. Un territorio que enfrenta la variabilidad climática y se organiza alrededor del agua,
y 3. Una Bogotá que defiende y fortalece lo publico, son compartidos por el CTPD, sin embargo,
el ejercicio llevado a cabo durante este último mes, evidenció la necesidad de un mayor debate
sobre la transversalidad así como, un compromiso más fuerte por parte dela Administración,
para garantizar acciones transversales efectivas que configuren líneas de política pública de
mediano y largo alcance, superando la “proyectitis” coyunturalista y fragmentada, que ha
desdibujado las intenciones de la reforma administrativa de 2005. A continuación, el CTPD
presenta en análisis por Ejes, con el cual, aporta a este interesante debate.
4.1. Una ciudad que supera la segregación y la discriminación
Las apuestas de la actual administración con relación a la reducción de la segregación y
discriminación social que existe y se agudiza en la ciudad, genera un alto nivel de expectativas
en cuanto a la ejecución de los programas formulados en el PDD. Se presentan vacíos en la
correlación entre los argumentos de soporte del plan, los proyectos, las metas y la realidad de
los fenómenos territoriales, que buscan garantizar de manera efectiva los derechos de la ciudad
a todos sus habitantes, en especial, a las poblaciones en condición de vulnerabilidad.
Este eje nos plantea reducir todas aquellas condiciones que generan procesos de
discriminación y así mismo, generar las condiciones necesarias para la superación de los
niveles de subsistencia básica. Por lo tanto, recoge diversos aspectos a saber: promoción del
desarrollo integral de la primera infancia, la salud, la educación enmarcada en la construcción
de saberes, la seguridad y soberanía alimentaria, la igualdad y equidad de género, la lucha
contra los distintos tipos de discriminación y violencia, la promoción de derechos, la dignidad de
las víctimas del conflicto armado, la ciencia tecnología e innovación, el trabajo decente y digno,
la reducción del gasto en servicios públicos, y la mejora en la calidad de los servicios,
productividad y vivienda.
Todos estos aspectos relacionados dentro del eje dan cuenta de la transversalidad que aparece
como principio rector del plan, sin embargo es importante notar que el plan no muestra
claramente una estrategia de articulación intersectorial que visibilice el desarrollo de todos estos
programas y proyectos, por lo que se corre el riesgo de volver a la forma sectorizada de la
gestión pública o de caer en un desorden de la oferta institucional.
La discusión más amplia alrededor de las visiones del PDD se refiere a la continuidad de la
política poblacional. Cada uno de los grupos poblacionales tiene grandes expectativas de poder
mantener y profundizar la presentación de programas particulares de reconocimiento y
promoción de los derechos, con la consecuente asignación presupuestal.
La estrategia del PDD busca superar el aislamiento a que se han visto sometidos los distintos
grupos poblacionales, los cuales se han concentrado en la búsqueda de la superación de sus
propias condiciones adversas y en la garantía de sus derechos, sin que este ejercicio permita
acercamientos y sinergias duraderos entre los distintos sectores poblacionales objeto de las
políticas.
Es importante notar que para el PDD la superación de la segregación debe apuntar entre otras
cosas al establecimiento de puentes e intercambios entre los grupos poblacionales que
permitan dar cuenta de las condiciones comunes a todos y de ver en las distintas realidades de
los grupos y sus diferencias. Sin embargo la administración no muestra claramente cuál es la
estrategia para dar este importante paso, por lo cual algunas de la poblaciones no priorizadas
dentro del plan sienten que fueron dejadas de lado y otras que se encuentran allí señaladas
asumen que falta fortalecer aún más su presencia en el plan.
Elementos de concertación
En este contexto, el Consejo Territorial de Planeación Distrital pone a discusión diversas
propuestas en términos de programas y proyectos, que complementan y profundizan los
objetivos y estrategias propuestos en el eje, las cuales son presentadas en su totalidad en la
matriz adjunta, sin embargo, queremos señalar algunos elementos que se recogen de las
distintas propuestas y que tiene impactos sobre el eje.
En un primer momento, vale la pena señalar que las propuestas presentas por el CTPD para
este eje, giran en torno a garantizar los derechos de todas las personas, partiendo de un
enfoque poblacional, diferencial, de equidad e igualdad. También buscan ampliar el radio de
asistencia y garantía de los derechos a nuevas poblaciones, es decir, aquello relacionado con lo
que se ha denominado “los nuevos pobres”.
Al respecto se plantean propuestas como: continuar con el enfoque de garantizar los derechos
humanos, ya conseguidos y ganados en los dos planes anteriores y consolidar un sistema
público de información en esta materia; la defensa y garantía de los derechos LGBTI en la
ciudad desde la seguridad, lineamientos psicológicos, jurídico, comunicacionales; poner en
marcha un sistema de subsidios focalizados a poblaciones específicas que por sus condiciones
de vulnerabilidad, edad o situación temporal, estudiantes de familias de escasos recursos,
poblaciones vulnerables, discapacidades, lo requieren; entre otras. Es decir que para el CTPD,
el eje de segregación debe ser central en el reconocimiento de lo ya señalado: los derechos, la
diferencia, la equidad e igualdad, elementos que estando relacionados con el enfoque que se le
dé al Plan de Desarrollo, pueden ser negociados con la administración, y de los cuales ya
hemos profundizado anteriormente en este documento.
Así mismo, las propuestas presentadas reconocen la necesidad de cambio en las condiciones
que permiten acceder a la educación básica y superior, a la salud, a las expresiones culturales y
a la canasta básica, en concordancia con lo que se plantea el PDD en los objetivos, las
estrategias y algunos programas propuestos.
En este sentido son varias las propuestas que complementan lo planteado en la propuesta de
PDD, entre otras están: ampliar la meta para educación superior, ya que la planteada no es
suficiente; creación y/o ampliación de corredores culturales, territoriales y metropolitanos en las
veinte localidades de la ciudad; un nuevo modelo de salud, que enfrente las desigualdades
generadas por el Sistema General de Seguridad Social en Salud y que elimine las barreras de
acceso para la atención en salud, bajo la estrategia de atención primaria en salud, haciendo
énfasis en la coordinación intersectorial y transectorial, la participación social, la promoción de
la salud, la prevención de la enfermedad; y visibilización y fortalecimiento de los comedores
comunitarios como una garantía de seguridad alimentaria para personas en condiciones de
vulnerabilidad, con un énfasis en la estrategia productiva o con un componente de
productividad, que posibilite a los beneficiarios de los mismos la superación de su condición
asistencial, así como mejorar la accesibilidad física y económica a una canasta básica pero
adecuada a las necesidades nutricionales mínimas y a condiciones culturales y étnicas.
El CTPD reconoce la necesidad de materializar en programas y proyectos el séptimo objetivo
“Fortalecimiento del tejido productivo de la ciudad”, a través de la garantía efectiva del derecho
al trabajo, de la estabilidad laboral y la creación de procesos asociativos para la generación de
empleo y riqueza para los sectores menos favorecidos de la ciudad.
En este marco, se desarrollan distintas propuestas: mejorar las condiciones que garanticen el
derecho al trabajo, acorde con la apuesta a favor de mejorar el ingreso de las familias, no
obstante, es necesario precisar el concepto de economía popular para que los esfuerzos
públicos en este sentido, no sean aprovechados por sectores que no lo requieren; reconocer la
asociatividad de base solidaria empresarial, a través de una línea base que identifique
condiciones y permita proyectar una meta de productividad local; compra de mercado para
colegios y comedores a los pequeños tenderos de barrio en vez de a las grandes superficies,
dinamizando las economías barriales mediante la implementación de una canasta distrital que
de juego a los que se encuentran en el territorio; tener en cuenta el arte, la cultura y el
patrimonio en el Proyecto “Bancos de primer piso”, donde se incluya dentro de la economía
popular al arte, la cultura y el patrimonio.
El acceso (de manera equitativa), el fortalecimiento y la construcción de nuevos equipamientos
educativos, culturales, patrimoniales, deportivos, de atención social se hace básico para el
CTPD, como una manera de garantizar el acceso a los servicios de todas y todos los
ciudadanos y ciudadanas, en concordancia con el objetivo N. 6 de este eje, que plantea
“construir un territorio que garantice el acceso equitativo a la ciudad”. Al respecto se propone:
la construcción de nuevos espacios para la protección y atención del menor en situación
vulnerable; la construcción dos casas refugio y el fortalecimiento de las dos existentes; la
construcción, mejoramiento de infraestructura y dotación de los colegios públicos; y nuevos
espacios para el deporte extremo y la recreación pasiva, entre otros.
Se complementa la propuesta Plan de de Desarrollo con aportes hechos por el Consejo en
relación con el intercambio de saberes entre las personas mayores y los niños y niñas de la
ciudad, buscando establecer escenarios permanentes de dialogo inter generacional.
Todas estas propuestas implican necesariamente la búsqueda de la superación de los niveles
de subsistencia básica, planteado en el objetivo de la propuesta de Plan de Desarrollo, en ese
sentido se reitera que son puntos que pueden ser susceptibles de ajustar en la propuesta
presentada por la administración.
Algunos elementos de dificultad en la concertación
Desde el CTPD se ha venido analizando cuáles son las expectativas que genera el nuevo PDD,
pero este no coincide en algunos temas con los intereses del bien común de la sociedad
capitalina. Se recogieron algunas propuestas desde donde se debatieron con argumentos
precisos cuáles podían ser algunos condicionantes para desarrollar en los próximos años en la
ciudad visto desde la perspectiva del ser humano como eje fundamental del desarrollo social.
Todos los temas son de especial análisis pero se han destacado algunas propuestas concretas.
Una sugerencia general es, no incluir en las metas las campañas como una estrategia de
sensibilización ya que no responden a un proceso social, educativo o cultural que no permite
medir el impacto o el cambio frente al comportamiento de la población.
Ejerciendo el derecho ciudadano al desplazamiento peatonal por la ciudad se ha indicado que
es necesaria la construcción de andenes, puentes peatonales, espacios públicos de
conectividad y puntos de encuentro que tengan baños, lugares de venta de bienes y servicios al
usuario, cicloparqueos, entre otros, que operen 24 horas, contribuyan a la seguridad de los
sectores y de los usuarios y que potencialicen el uso de espacios e infraestructuras del sistema.
Pero esa concepción dista mucho de la realidad, cuando en la ciudad no se ha desarrollado una
política de atención al ciudadano en los mobiliarios urbanos, se considera que es de esta
manera que se deben incorporar factores que privilegien el uso masivo en condiciones óptimas
de calidad, que complementen la articulación multimodal y prioricen la accesibilidad de
personas mayores, personas en condición de discapacidad y población infantil. Estas
intervenciones deben beneficiar sectores periféricos además de las centralidades existentes.
La expresión cultural de la ciudad ha venido decayendo cuando se ha excluido a la ciudadanía
de bajos recursos del acceso a la oferta cultural. En consecuencia, el CTPD propone abrir la
posibilidad de incluir un nuevo eje estratégico: el arte y la cultura condición de una Bogotá
Humana y que tenga por objeto hacer justicia sobre las condiciones de desigualdad que niegan
a la mayoría una posibilidad de ser y de estar en el mundo que vaya más allá de las
necesidades básicas y que por lo tanto, nos hace más humanos. Este eje permitiría dar una
nueva dimensión a la condición de humanidad que proclama el Plan. El nombre propuesto es:
“Una ciudad multicultural y ciudadana”. Así mismo se trata de dar una mirada de cómo se
incorpora la jornada extendida, la educación no formal artística dentro del plan.
También se considera necesario que haya una articulación de sectores en que se evidencien en
beneficio colectivo de la ciudadanía. La ciencia, la tecnología y la innovación para el desarrollo,
como estrategia, programa y proyectos, debe ser territorializada y orientada no sólo a las
mipymes sino también a aquellos pequeños productores que tienen mayor dificultad de acceso
a la innovación. Para desarrollar la economía urbana el PDD plantea algunas variantes pero
entre esas el aprovechamiento económico del espacio público como alternativa de generación
de ingresos; de esta manera se propone que el articulado elimine la Meta “Relocalizar 42.000
vendedores ambulantes” asociada a la propuesta de nueva estrategia de aprovechamiento
económico del espacio público. Igualmente se propone la modificación del programa apoyo a la
economía popular (Art. 21) , por Apoyo a la economía popular dando sostenibilidad productiva
fomentando la implementación de procesos anteriores y reconociendo actividades del cuidado,
ajustado a la Ley 1413 y Encuesta DANE sobre economía del cuidado.
Teniendo en cuenta la implementación de un banco para la economía popular se propone
desde este espacio de participación ciudadana, la modificación del proyecto “Creación de
banco de primer piso para la economía popular” aclarando que debe darse la prestación de sus
servicios con enfoque diferencial y vinculando las redes de productores y productoras existentes
y dentro de los programas identificados de los dos objetivos pertinentes a Desarrollo
Económico, vincular a la población en situación de pobreza oculta y a la población profesional
desempleada, como categorías de beneficiarios.
Existen algunas dudas que surgen desde la lectura al tema del Sector Desarrollo Económico,
pues no queda claro en el PDD ¿cuáles son los elementos de una economía popular que
reconozca las actividades y el sector de la población al cual se quiere llegar a través del Plan?
En el programa de apoyo a la economía popular, emprendimiento y productividad, se
recomienda incluir un proyecto para construir en las localidades del occidente (Bosa, Kennedy,
Fontibón, Engativá y Suba), centros de servicio automotor (uno por localidad), en las áreas que
no serán utilizada por la ALO.
Aunque algunos apuntes del PDD apuntan a revisar el POT de la ciudad se deben tener
precisiones sobre dónde se va a incidir y si de esta manera significa cambios sustanciales para
el desarrollo del ser humano dentro del contexto donde habita. En ese sentido el CTPD propone
que los proyectos de mejoramiento de vivienda no deben destinarse exclusivamente al
reforzamiento estructural sino debe abrirse para otras modalidades como la de ampliación,
incluyendo el enfoque de la vivienda productiva como generadora de recursos a las familias que
van a ser beneficiarias de los nuevos proyectos VIS. Asi mismo incluir el Proyecto:
“Identificación de agentes privados y comunitarios para producción de vivienda y proyectos de
autogestión” Esto es una acción, no debe ser expuesto como un proyecto estratégico. El
proyecto estratégico debe ser: Promover acceso a la vivienda desde procesos solidarios y
cooperativos.
También se debe incluir o definir un área de transición y protección entre la expansión urbana
de la ciudad y las áreas de producción rural en la localidad de Usme en el marco del Plan Zonal
de Usme. Recuperación de las cesiones entregadas al Distrito y que fueron tomadas por los
privados y para realizar en ellas equipamiento dotacional.
Así mismo es necesario territorializar la inversión. Los problemas no siempre se corresponden
con las necesidades de los residentes y con las necesidades de la población que usa ese
territorio.
La densificación del centro de la ciudad: Limitar la densificación del centro de la ciudad con
megaproyectos como el de Bácata en la Calle 19 con Carrera 4a, se manifiesta una gran
preocupación debido a que estos proyectos traerán problemas de movilidad.
Incluir en el tema ambiental, la naturaleza en su conjunto es un bien de uso público, el agua, los
bosques, los suelos, el aire y demás recursos naturales son bienes que pertenecen a todos y
todas, su uso debe estar disponible para cada habitante del Distrito, la región y el país; es
indispensable la participación de todos los sectores de la sociedad en su manejo,
aprovechamiento y conservación. Puesto que no aparece en el PDD la responsabilidad
ambiental para mejorar la calidad ambiental de la ciudad, las autoridades ambientales y los
particulares darán aplicación al principio de precaución conforme al cual, cuando exista peligro
de daño grave e irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como
razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la degradación del medio
ambiente (caso de industrias y extracción minera)
Para el tema de salud el PDD no presenta antecedentes en los avances del sector, por lo que el
CTPD solicita un informe de empalme, ya que no se evidencian algunos aspectos como la
gratuidad en el servicio público de salud que venía de la administración pasada. Se solicita
explícitamente el retiro inmediato de la cuota moderadora como barrera de acceso a la salud.
Se propone que se debe lograr la articulación de los ejes sectoriales que hacen parte del PDD
con los temas de salud pública en el distrito con el fin de optimizar la inversión de recursos.
Existe una gran preocupación sobre la construcción de nuevos centros de atención en el
sistema de salud del distrito, ya que NO logrará superar la cobertura general en atención
primaria de la población en todas las localidades de la ciudad.
Se propone desde el CTPD la revisión sobre el modelo de la salud en el distrito; “Un modelo de
salud distrital que subsidia a las entidades privadas de prestación de servicios de salud – EPS
bajo el esquema de la ley 100 no tiene ni cabeza ni pies debido a la naturaleza del esquema de
prestación de servicios.
Algunos elementos que no están considerados en el eje
Dentro de la revisión del PDD en función de los procesos de las comunidades y sus territorios,
surgen iniciativas que no son vistas por el proyecto político de la administración o que se
presentan con debilidad dentro de la propuesta del PDD. Estas iniciativas se plantean desde los
actores que construyen de forma directa el territorio, y por lo tanto merecen ser recogidas y
discutidas, para hacer del discurso de la construcción social de la ciudad un componente
indispensable para el éxito de los proyectos, una realidad que empieza desde los próximos
cuatro años de gobierno distrital.
Se logra evidenciar que los objetivos de los programas enfocados hacia la reducción de la
segregación y discriminación, ajustan y reformulan lineamientos de otras administraciones,
buscando aumentar la calidad de vida de la población desde el uso equitativo de la ciudad, sin
embargo, existen vacíos en la forma como se integraran los esfuerzos entre los sectores
involucrados y los procesos participativos de la comunidad entorno al propósito expuesto en el
PDD.
Por lo tanto, antes de entrar a examinar la especificidad de los programas planteados en
función de reducir la segregación y discriminación en la ciudad, es fundamental empezar por
conciliar un mismo lenguaje a partir de la construcción colectiva de conceptos que explican la
segregación social desde la lectura de actores privados, distritales y comunitarios. Esta
construcción de bases y consensos permitirá soportar la formación de metodologías y teorías
apropiadas para el análisis y la intervención de la segregación, vista como un fenómeno urbano,
complejo, dinámico y cambiante, que ha sido característico de la ciudad y sus sociedades a lo
largo de la historia.
Esta lógica de construcción colectiva es necesaria para avanzar en la comprensión, explicación
e intervención del fenómeno, y así, superar la lectura técnica y lineal que se ha trabajado para
reconocer los procesos de segregación social y discriminación. Formas de análisis que se
fundamentan en indicadores de estratificación, ingreso y deterioro de piezas urbanas
únicamente, incluso confundiendo su conceptualización con fenómenos conexos como pobreza,
exclusión, marginalidad, estigmatización. Aunque estos factores son determines para realizar
diagnósticos y evaluar efectos de los programas implementados, no recogen de manera integral
procesos ligados a las formas de apropiación de los territorios, a los parámetros de
diferenciación cultural, social, económica y simbólica que existe entre distintos grupos
poblacionales y que sobrepasan estructuras administrativas que miden los procesos humanos
de manera parcial.
Del mismo modo, dentro del PDD se expone de forma reiterada la necesidad de buscar el
desarrollo de los programas considerando la participación ciudadana como un componente
indispensable. Sin embargo, la especificidad de los temas propuestos y el impacto directo sobre
las comunidades en las que se presentan procesos de inequidad asociados a fenómenos
urbanos, requieren que se establezca otro tipo de enfoque sobre el ejercicio de la participación
ciudadana. Por consiguiente, debe incorporarse dentro del PDD una estrategia transversal e
intersectorial, que no solo fortalezca los instrumentos de participación y control de los
programas, sino que proponga una nueva estructura de gestión que incorpore las dinámicas
que son invisibilizadas por los objetivos de los proyectos, y que solo las comunidades, haciendo
parte de la formulación, ejecución y aprovechamiento de estos pueden hacer visibles.
Es así como surgen iniciativas que no son vistas o se presentan con debilidad dentro de la
propuesta del PDD, que buscan ser recogidas y adicionalmente, hacer evidente la construcción
social de la ciudad como un componente indispensable para el éxito de los proyectos.
Algunas de las propuestas son: configurar el servicio obligatorio comunitario y ambiental de
bachilleres, con proyección educativa técnica y/o profesional, en el marco del programa trabajo
decente y digno; revivir el Fondo Mixto de Cultura para impulsar pequeñas industrias culturales
y/o consumos culturales, en el marco de la meta de crear 150 emprendimientos con jóvenes en
industrias culturales y creativas; observatorio distrital de recreación, deporte y tiempo libre.
Construir en escenarios participativos los mecanismos de vinculación y articulación de la
economía popular que trabaja y deriva su sustento del sector de movilidad a los procesos de
formulación y operación de los diferentes modos de movilidad; ampliación y creación de
centros de atención y protección al niño vulnerado; proyecto para la protección, promoción y
restablecimiento de los derechos de las personas mayores, implementar en cada localidad un
centro de atención para personas en condición de discapacidad, donde se apoye la labor de
cuidadores y cuidadoras, la creación de un sistema de información a nivel distrital que permita
la identificación, historia clínica de servicios brindados por el Estado o historia social, de tal
forma que permita el manejo más efectivo en el proceso de intervención por parte de cada una
de las instituciones, a su vez se propone un sistema de monitoreo por localidad que de cuenta
del avance de la implementación de dicho programa.
4.2. Un Territorio que se enfrenta al cambio climático y se ordena alrededor del agua.
En este Eje de la propuesta de PDD se incluyen temas tan complejos como el ambiente, el
hábitat, la movilidad, determinantes para el ordenamiento del territorio y la planeación de la vida
humana y urbana. En el diseño y proyección de estos aspectos del Plan se define realmente el
modelo y el enfoque de desarrollo que se concibe para la ciudad. Las entidades comprometidas
en los temas relacionados con este Eje son las Secretarías de Hábitat, de Ambiente, las
Empresas de Servicios Públicos, el IDU, la Caja de la Vivienda Popular, la ERU, la UAESP, el
Jardín Botánico, entre otras.
En Bogotá los desarrollos y debates en materia ambiental han sido considerables en los últimos
veinte años, y la inclusión de los mismos en la agenda de ciudad ha resultado un logro
importante para movimientos y activistas ambientalistas que impulsan acciones, promueven
discusiones y procesos pedagógicos que le señalan a la ciudad los caminos y derroteros en
materia ambiental. La propuesta de PDD de la actual administración reivindica el ordenamiento
del territorio en torno al agua, buscando enfrentar el modelo depredador del medio ambiente
que hasta ahora ha acompañado el desarrollo de Bogotá. Para ello el PDD se empeña en
abordar políticas y temas de importancia nodal para la ciudad como el cambio hacia un modelo
de ciudad densificada en su centro ampliado, el ordenamiento en torno a la protección de la
estructura ecológica principal, haciendo énfasis en la protección de la Cuenca del Río Bogotá,
los Páramos circundantes y las zonas de reserva forestal. Además se propone desarrollar
acciones tendientes a controlar la expansión urbana, la revitalización de las zonas deterioradas
del centro ampliado y el desarrollo integral de los asentamientos informales de la ciudad.
Respecto al Sector Hábitat el PDD propone la densificación del centro ampliado, para concretar
la renovación urbana, la intervención integral de las zonas de origen informal, políticas de
reasentamiento, mejoramiento integral de vivienda, provisión de redes de servicios públicos;
políticas todas encaminadas a desarrollar programas de vivienda dirigidas a reducir los déficit
de vivienda de la ciudad y a dignificar la vivienda y el hábitat para los sectores más necesitados
de la ciudad. Se destaca la introducción de la noción de revitalización referente a la
recuperación integral de zonas deterioradas como el centro ampliado y la intervención de los
bordes urbanos en los que se plantea un ordenamiento en torno a la recuperación ambiental de
quebradas, zonas de ronda y todo su entorno; y la provisión, mejoramiento de vivienda y hábitat
con la dotación de servicios, equipamientos y espacios públicos. Otros aspectos a destacar
también podrían ser la inclusión de la noción del manejo integral del riesgo como una política
que se antepone al tradicional enfoque de prevención y atención de emergencias, así como la
política de manejo de los residuos solidos con el Programa Basura Cero, destinado a acabar
con los rellenos sanitarios. Dentro de los elementos destacables de política de movilidad se
encuentra la apuesta por la intermodalidad del transporte público masivo, así como el cambio
de nuevas tecnologías y uso de nuevas formas de energía para el mismo.
La totalidad de los objetivos, estrategias, programas y proyectos propuestos, por lo menos
teóricamente, se encuentran enmarcados en un modelo integral en el que cada proyecto y
programa se encuentra relacionado con los otros componentes del PDD. Especialmente los dos
primeros ejes tienen estrecha relación con políticas ambientales y de derechos. Entonces el
CTPD entende que el Eje “Un territorio que se enfrenta al cambio climático y se ordena al
rededor del agua” es transversal, por su incidencia en temas relacionados con el sector
ambiente, la vivienda, los servicios públicos, la infraestructura, el equipamiento urbano, la
renovación urbana, la política de gestión del riesgo, el manejo de residuos sólidos, la
intervención integral de la ciudad informal, en general, la atención de los problemas más
importantes del territorio y los seres humanos que lo configuran, el buscar la efectividad de
derechos en el territorio, transversalidad que en el articulado podría quedar desvirtuada.
Tanto las Bases para el PDD como el Proyecto de Articulado, tienen la dificultad de reducirse a
planteamientos generales. Es preciso tener en cuenta que en el PDD, especialmente en el
articulado, se tiene que llegar a formulaciones que busquen la concreción de las políticas
generales en enunciados más precisos medibles en el tiempo y el espacio. Los proyectos están
enunciados, pero les falta mayor formulación y elaboración. Es de esperar que en este proceso
de discusión, con una amplia participación del CTPD, de la ciudadanía y otros actores sociales
se llegue a una formulación más detallada en programas y proyectos que desarrollen las ideas
generales hasta ahora planteada.
El eje sitúa al territorio como escenario estratégico de intervención en cuatro aspectos: el agua
como bien que tiene un soporte natural que debe ser recuperado para dar sostenibilidad al
desarrollo de la ciudad; la gestión del riesgo y la apropiación de prácticas culturales que
contribuyan a reducir la vulnerabilidad de sus habitantes; la revitalización de la vivienda para
estratos bajos (VIS y VIP) en cuatro escenarios que cambiarían las condiciones de
habitabilidad de la ciudad: densificación, renovación, bordes urbanos y acción sobre barrios
informales; y la incidencia en el sistema y condiciones de transporte con tecnología limpia,
nuevo modelo de regulación y una base vial recuperada e integrada con el SITP, como sustento
de mejoramiento de la movilidad.
Sin embargo, en la estructuración del Plan (programa, proyecto, meta), el agua constituye un
componente que trasciende a la región, lo cual no se ve reflejado en los componentes de
movilidad, vivienda y gestión integral del riesgo, con algunas excepciones relacionadas con
metas puntuales y experimentales por su dimensión en vivienda ecológica y educación
ambiental.
Aún con mayor dificultad se puede apreciar su reflejo en el presupuesto, más allá de compartir
costos de revitalización de vivienda y comparativamente ser el rubro más reducido del
presupuesto de inversión de proyectos prioritarios, el cual no es insuficiente pero sí
determinante en la definición del alcance de ésta política respecto a la estructura del Plan que
se traduce en las metas relacionadas con el agua18. Este aspecto es de extensa consideración
y debate en el CTPD, que genera enorme inquietud se refiere a la priorización de los programas
y proyectos del mismo. Para todos es sabido que las destinaciones presupuestales determinan
las verdaderas prioridades del Plan. Por ello no se comprende cómo el EJE del ordenamiento
del territorio en torno al AGUA, destina ocho billones y medio al tema de la movilidad, mientras
tan solo presupuesta algo más de trescientos mil millones a los programas ambientales.
Es muy pertinente situar el agua en el centro de las preocupaciones para un modelo de ciudad
sostenible, más aún cuando la forma de construcción del espacio urbano de la ciudad ha dejado
este componente vital a espaldas del desarrollo de la ciudad. Sin embargo, en opinión del
CTPD, el agua y el ambiente deberían incorporarse de manera contundente al enfoque de los
derechos, del que no puede escapar intervención alguna sobre el territorio. Adicionalmente, el
agua y el ambiente no pueden verse como un eje de intervención independiente de los demás
componentes estratégicos del PDD. La búsqueda de un territorio sostenible debe estar en
armonía con la dignificación del ser humano, con la reducción de la segregación y la
profundización de la democracia a través de la consolidación de una administración
responsable en defensa de lo público. En este sentido el CTPD, revisando los proyectos y
metas del articulado, ha hecho su observación sobre los vacíos en la transversalidad del PDD
respecto al eje en términos del diálogo entre sectores, principalmente ambiente, movilidad,
hábitat salud, cultura, educación y desarrollo, la gestión ambiental como fundamento de
cambio de rumbo hacia una ciudad sostenible, y la participación de la sociedad organizada en la
planificación del territorio, y en el seguimiento y la evaluación como principio de la
administración del PDD.
En los siguientes apartes nos extendemos en las deliberaciones, reflexiones y debates que respecto a este eje se presentaron en el CTPD y en los escenarios participativos que por sectores y por territorios tuvimos la oportunidad de promover o ser invitados.
Ambiente en el Plan de Desarrollo – CTPD
El PDD, Bogotá Humana 2012-2016, reconoce los ecosistemas y los recursos naturales como
bienes de uso público, y es necesario resaltar el hecho de que los efectos de su deterioro
(contaminación y reducción) se socializan, pero su beneficio se realiza de manera individual.
Por lo cual, la disponibilidad y accesibilidad de recursos con equidad para todos los habitantes
requiere, indispensablemente, de la participación de todos los sectores de la sociedad en su
manejo, aprovechamiento y conservación.
En este sentido, el CTPD considera que el PDD soslaya la responsabilidad ambiental de
quienes inciden en la degradación de los recursos naturales, especialmente de aquellas
actividades de mayor impacto como es el caso de industrias y la extracción minera. En
contraste se propone el fortalecimiento de las autoridades ambientales y la configuración de
acciones que promuevan en los particulares la prevención de riesgo ambiental, cuando exista
peligro de daño grave e irreversible. En este caso se debe superar la falta de certeza científica
absoluta como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la
degradación del medio ambiente.
El agua y el ambiente no se pueden ver como un eje de intervención independiente de los
demás componentes estratégicos del PDD. La búsqueda de un territorio sostenible debe estar
en la armonía con la dignificación del ser humano mediante la reducción de la segregación y la
profundización de la democracia a través de la consolidación de una administración
responsable en defensa de lo público. Asociado a la degradación de los recursos del agua, del
aire, de la vida y del suelo, se encuentra la preocupación de la salud como una relación
inseparable de las condiciones ambientales. Así, una disminución de enfermedades asociadas
a la contaminación de estos recursos debe constituirse en una proyección medible del cambio y
la sostenibilidad ambiental de la ciudad, concretando las iniciativas que desde el PDD se busca
apoyar.
En Bogotá los desarrollos y debates en materia ambiental han sido considerables en los últimos
veinte años, y la inclusión de los mismos en la agenda de ciudad, como resultado de la gestión
de movimientos y activistas ambientalistas le señalan a la ciudad caminos y derroteros en
materia de la gestión ambiental. No obstante, dicha gestión debe fortalecerse en los procesos
de regulación que propenden por la generación de espacios para el agua, particularmente
cuando la solución está permeada por la inseguridad jurídica en casos de áreas protegidas,
regularización de barrios informales y en territorios que presentan conflictos de uso del suelo.
Adicionalmente, la gestión ambiental exige en el mundo actual una mirada global, por lo cual el
CTPD sugiere la incorporación de estrategias de protección ambiental frente al tratado de libre
comercio –TLC, si se pretende armonizar la lógica del mercado y del desarrollo de una ciudad
ambientalmente sostenible, como mecanismo para contrarrestar los impactos cuando este entre
en vigencia, el cual implicará mayor intervención en el manejo integral de residuos con inclusión
de la población recicladora y las comunidades vulnerables de la zona de impacto del Relleno
Doña Juana, con la apropiación e implementación de tecnologías sociales de proceso y de
producto en la recolección y disposición final de los residuos sólidos, el desmonte paulatino del
relleno Doña Juana dentro de la política "Basura Cero".
Hábitat en el Plan de Desarrollo.
El CTPD y encontró una serie de discusiones y debates referidos al Sector Hábitat que es
preciso relacionar. Inicialmente está la necesidad de clarificar el alcance del concepto de
VIVIENDA DIGNA, que, reiteradamente es utilizado en la Propuesta de PDD, pero del que no
se precisan sus mínimos. Es una VIP, una VIS o qué tipo de vivienda. Cuáles son los atributos
de la misma. La política de Subsidios que deja al sector privado la financiación y construcción
de vivienda, la escasez de suelo urbanizable y la especulación con el mismo, son factores que
vienen atentando contra la noción de una verdadera VIVIENDA DIGNA. En este aspecto es
necesaria una mayor intervención del Estado, más allá de otorgar subsidios.
Se plantea la preocupación de que el enfoque definido en el PDD no se ve concretado en los
proyectos. Estos últimos dan continuidad a la dinámica “asistencial” que se venía trabajando
con características desintegradoras, dispersas y de no articulación entre las entidades del
Sector Hábitat. Las políticas principales para el sector referidas a la revitalización del centro
ampliado, el tratamiento integral de bordes urbanos, son vistas como consecuentes y
pertinentes con el modelo definido y las necesidades de la ciudad. Sin embargo, es necesario
que los programas y proyectos garanticen la transversalidad del Sector en el terreno, ya que
hasta ahora las entidades encargadas de los temas de hábitat y vivienda han desarrollado
programas que marchan cada cual por su lado y no seexiste articulación entre entidades ni
entre programas. Programas de Reasentamientos Humanos, de Mejoramiento de Barrios, de
Mejoramiento de Vivienda han marchado cada uno por su lado, ocasionando dispersión de
esfuerzos, saturación de recursos y pérdida de posibilidad de mayores impactos. Al respecto se
pueden revisar experiencias como los Proyectos Urbanos Integrales -PUI-, implementados en
zonas deterioradas de la ciudad de Medellín.
Acerca de la Revitalización del centro ampliado, no queda claro qué actores van a intervenir en
la construcción de proyectos de vivienda en estas zonas. Será con recursos del Distrito,
inversión privada, o la comunidad. Cómo se va a garantizar que no se frustren estos proyectos
con los sabidos problemas relacionados con la especulación de los precios del suelo. Queda la
inquietud de si el sector privado estaría dispuesto a financiar e invertir en la construcción de
VIVIENDA DIGNA para estratos 1 y 2 en zonas centrales de la ciudad, en condiciones de
control de los precios del suelo y de bajas ganancias en relación con otros proyectos. También
nos preguntamos si la comunidad de estas zonas se encuentra organizada o es susceptible de
serlo, para emprender de manera autogestionaria la construcción de proyectos. (Ejemplo,
comunidades de barrios como Las Cruces, Santa Bárbara, Girardot, Santa Inés, San Bernardo,
etc. zonas de alto deterioro urbano y con una mayoría de población arrendataria y alta
concentración de habitantes de calle). Al parecer, queda la alternativa de que sea el Estado, a
partir de las entidades Distritales -ERU, CVP, Metrovivienda -, las que tendrían en sus manos la
iniciativa para el impulso de este tipo de proyectos en el Centro Ampliado. La pregunta es si
estas entidades cuentan con la experiencia, estructuras organizativas y procesos internos y con
la capacidad para implementar estos proyectos habitacionales.
Respecto a programas de expansión urbana promovidos por anteriores administraciones, como
la Operación Usme o Plan Zonal Norte, el PDD no trae una alusión precisa que defina su futuro.
Resulta inquietante, dado el enfoque definido en el presente Plan de priorizar la densificación de
las áreas centrales de la ciudad.
Sobre la revitalización de barrios populares de origen informal, quedan inquietudes frente a los
procesos de legalización de barrios y titulación de predios. Se plantea que este proceso debe
ser INTEGRAL, recogiendo el enfoque planteado por el CTPD, en el sentido que no puede
limitarse solamente a la atención físico – espacial, como queda expresado finalmente en las
metas, sino que debe darse un tratamiento integral. Se evidencia la preocupación por la
situación de exclusión de los asentamientos ubicados en zonas protección que ya tienen
desarrollo urbano, pero se encuentran en limbo jurídico y por tanto al margen de los planes y
programas de desarrollo. Al respecto también se plantean discusiones respecto a lo que se
entiende por Borde Urbanístico y si la revitalización comprende la inclusión de los habitantes de
Borde y el reconocimiento de sus derechos independientemente de la condición jurídica de sus
predios y asentamientos.
En el debate se presentan otras propuestas sobre vivienda que pueden ser consideradas tales
como la implementación de estímulos a la construcción a nuevos desarrollos de vivienda o
comercio que, mediante la liberación de altura garanticen metros cuadrados de espacio para
dotacionales de bienestar como salacunas, casas de cultura, casas de equidad, centros de
formación, museos, espacios deportivos. O la promover acceso a la vivienda desde procesos
solidarios y cooperativos.
MOVILIDAD en el Plan de Desarrollo.
Respecto a la Movilidad, tal vez el problema coyuntural más sentido por los Bogotanos en la
actualidad, situación a la que hemos llegado por la escogencia de un esquema unimodal, el
Plan se propone efectivamente transitar por la vía de la intermolidad, buscando que la ciudad se
movilice por muy variados y diversos medios de transporte. Se trata de una apuesta importante
y audaz, ya que nos habíamos acostumbrado a que administración tras administración se
consumían en lo definido hace cerca de quince años y aplazaban la toma de decisiones al
respecto para facilitarle un cambio a la ciudad.
Entre las políticas relacionadas con la Movilidad expuestas en el Proyecto del PDD, se
relacionan estrategias enfocadas hacia la gestión e implementación de acciones responsables
con el medio ambiente, y a su vez, con altos impactos sobre la reducción de la segregación
social en Bogotá.Estas intervenciones se plantean al servicio de una visión integral del
ordenamiento del territorio en torno al agua, manteniendo un compromiso por mejorar las
condiciones de integración socio espacial y por la consolidación de un modelo de ciudad densa
y compacta.
La densificación verde y sin segregación de Bogotá expuesta en el PDD apuesta por un
transporte que soporta el acceso equitativo a la ciudad y que aporta, a las diferentes medidas
encaminadas a enfrentar el cambio climático. Esto implica que el transporte público utilice
tecnologías limpias disponibles, las cuales tienen como propósito la reducción de emisiones de
gases y desperdicios contaminantes que aumentan el efecto invernadero, optimizar el consumo
de recursos (no renovables y renovables); reutilizar y reciclar sus componentes y minimizar el
uso de la tierra y la producción de ruido y la contaminación visual. En el documento del PDD se
evidencia la pretensión de que la movilidad privilegie el transporte masivo sobre el transporte
particular, razón por la cual, se impulsa la proyección del metro ligero y el metro pesado;
proponiendo, adicionalmente, la transición del transporte público de gasolina y diesel a la
implementación de transporte con funcionamiento a gas y electricidad.
Así mismo se propone el fomento del uso intensivo de la bicicleta, la movilización peatonal y no
motorizada, buscando generar una interoperabilidad entre modos diversos de trasporte
atendiendo las necesidades diferenciales de hombres y mujeres a nivel generacional, de
discapacidad y de ingreso. En este sentido, se encuentra que desde el sector de movilidad se
propone priorizar el uso del transporte masivo y colectivo, iniciando con la puesta en operación
del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) como complemento del sistema
Transmilenio, se busca el funcionamiento de un sistema multimodal que combine transporte
masivo – metro, tranvía, metrocable y ciclovías – permitiendo reducir costos y tiempos
asociados con la movilidad de la población.
Algunas Reflexiones aportadas por CTPD en la construcción de propuestas
Los programas y proyectos propuestos en el PDD muestran principios técnicos que se
corresponden con los ejes estratégicos planteados, los que, sumados a una lectura integral del
territorio asociada a la necesidad de potencializar el desarrollo humano de toda la ciudadanía,
dan a entender que el programa de movilidad humana comprende esfuerzos que buscan
superar la operación de modos de transporte. Es decir el programa de movilidad humana
genera expectativas muy altas entorno a la locomoción y accesibilidad de todos y todas para el
aprovechamiento equitativo de bienes, servicios y equipamientos que hace efectivo el derecho a
la ciudad. Por lo anterior, y luego de evaluar los proyectos prioritarios, sus metas e indicadores
en el sector de movilidad se encuentran vacíos que ponen en duda una ejecución integral que
se corresponda con las expectativas planteadas.
Por lo anterior, y en virtud del derecho a la ciudad deben crearse condiciones especiales que
favorezcan la construcción participativa de la ejecución del programa de movilidad humana
planteado en el PDD. No se puede perder de vista el desarrollo de vías e infraestructura que
actualicen y soporten la implementación de distintos modos de transporte, en especial el
sistema de movilidad peatonal y de ciclorutas en sectores periférico y de conexión regional.
Ante la actual ineficacia en la gestión de la movilidad, asociada a dinámicas de desarrollo de la
ciudad y de la región como la desigualdad en el acceso a infraestructura y servicios, al uso
irracional del suelo y del medio ambiente que compone el territorio, se propone como soporte de
las observaciones, criticas y proyectos planteados una administración coordinada con los
municipios de la región y con las comunidades que se benefician o se perjudican con las
intervenciones.
En ese sentido, el CTPD, propone la implementación de nuevas tecnologías para mejorar o
reemplazar las existentes, y así, reducir la emisión de gases contaminantes en respuesta al
cambio climático, es una proyección que no evidencia estrategias concretas de ejecución, razón
por la cual, la relación costo beneficio expone impedimentos a corto plazo.
Al interior del CTPD y en los diferentes escenarios de participación surgieron algunas
inquietudes que se pueden relacionar de la siguiente manera:
¿Cuál es la estrategia de financiación que permitirá que la trasformación de los
vehículos de trasporte a gas y electricidad no afecte los costos de implementación y
operatividad del sistema? ¿Podrá ser asumido el costo de la introducción de tecnologías
limpias dentro del sistema de trasporte?
¿Cómo se construirá la infraestructura (vías, andenes, estaciones, terminales, ciclorutas)
para garantizar la circulación de vehículos de trasporte multimodal y el aumento de la
densidad de usuarios hora sentido, haciendo efectiva la conectividad entre sectores
periféricos, centralidades, equipamientos y municipios vecinos? ¿Se utilizará la misma
infraestructura que hoy resulta insuficiente en sectores de alta densidad poblacional?
¿Cómo se evitará que la superación de las actuales problemáticas del sistema
Transmilenio obstaculicen y debiliten la gestión, financiación e implementación del
programa de movilidad humana?
¿Las estrategias y alcances del programa de movilidad humana a partir del uso masivo
del Sistema Integrado de Trasporte Público lograrán atender la nueva demanda de
usuarios además de la que ya existe, sin afectar la calidad del servicio?
¿El esquema de financiación del Sistema Integrado de Trasporte Público basado en
subsidios y fuentes alternativas de ingreso, logrará soportar el desarrollo y sostenimiento
de la entrada en operación de nuevas formas de trasporte (metro, metro ligero, cable,
infraestructura principal) sin afectar las tarifas y la calidad del servicio?
4.3. Una Bogotá que defiende y fortalece lo público
Este Eje tiene que ver con la totalidad de entidades del Distrito, sin embargo las entidades que
diseñan y promueven acciones para el fortalecimiento de la estructura administrativa y su
relación con la ciudadanía son la Secretarías de Gobierno y General, de ellas dependen las
Alcaldías Locales y se relacionan con la totalidad de entidades distritales, y también de
dependen el IDPAC, el Servicio Civil, la Consejería para Víctimas, entre otras. En este se
trabajan temas relacionados con el territorio, la participación, la descentralización político
administrativa, el fortalecimiento de la democracia, la construcción de paz, la seguridad, DD HH
y convivencia; el control social y ciudadano sobre los asuntos públicos la lucha contra la
corrupción, la racionalización de la administración pública, entre otros.
En el PDD se proponen políticas respecto a la totalidad de los temas mencionados, aunque se
destaca la importancia de temas como de la PARTICIPACIÓN y el enfoque preventivo de la
problemática de la seguridad ciudadana. Es muy importante la inclusión de los
PRESUPUESTOS PARTICIPATIVOS en los niveles distrital, local y por micro territorios,
buscando que la propia ciudadanía defina la inversión en asuntos de ciudad que le afectan
directamente. Llama la atención también el proyecto de la racionalización y ajuste del Sistema
Distrital de Participación y, resulta novedoso el proyecto que busca la promoción y
fortalecimiento de la participación de organizaciones, movimientos sociales y comunitarios
Sin embargo, no es claro el modelo para la implementación de la participación ciudadana en los
Presupuestos Participativos. En el CTPD se ve con preocupación el hecho de que en el plano
de la ejecución se puede continuar con prácticas continuamente cuestionadas por la propia
administración y la ciudadanía. En el ejercicio de participación de la misma discusión de este
PDD ya se escuchan cuestionamientos al respecto. Es necesario precisar propuestas que
lleven a ajustar los mecanismos institucionales locales y distrital para hacer más efectiva y
eficiente la participación para que su alcance vaya más allá de los formalismos contemplados
por la norma. También es necesario cuidarse de que la participación ciudadana sea utilizada de
manera indiscriminada, convocado multiplicidad de reuniones, redoblando esfuerzos para
terminar convirtiéndola en un mecanismo que tan solo le otorgue legitimidad a la administración
de turno.
Para el CTPD resulta inquietante el desconocimiento de la Descentralización en el PDD, pues
contempla tan solo un proyecto que pretende la revisión de las competencias y funciones de las
Localidades. Se considera que existe bastante evidencia y experiencia en las localidades como
para emprender un proceso que vaya más allá de lo propuesto y tendiente a promover una
reforma de fondo que conduzca a un verdadero fortalecimiento de los procesos de
descentralización. En así que se requiere la inclusión de un proyecto o programa que propenda
por la articulación entre Participación y Descentralización con el objeto de minimizar las
prevenciones de las autoridades locales. Se precisa que las entidades distritales desarrollen sus
proyectos con recursos propios, para permitir que las Localidades ejecuten sus presupuestos en
proyectos que tiendan al fortalecimiento local. A propósito se propone profundizar los procesos
de descentralización recogiendo el Manifiesto de la Descentralización construido de manera
participativa por el Consejo Territorial de Planeación Distrital junto con las JAL durante el año
2011.
Respecto a los temas de Seguridad y Convivencia se valora positivamente el énfasis en un
enfoque que privilegia la atención de las causas sociales de la violencia, la delincuencia y la
inseguridad ciudadana y las acciones de prevención y atención de jóvenes, habitantes de calle
y población vulnerable. La búsqueda de la convivencia, la no discriminación, la tolerancia y el
reconocimiento de los derechos de las minorías sobresale en el enfoque de la seguridad y
convivencia. Además destacar las acciones tendientes a la prevención de los factores de
inseguridad. El CTPD considera de mucha importancia la inclusión de la atención y garantía a
los derechos de las víctimas del conflicto, desde la cual se proyecta la aplicación de la ley que
sobre el particular se ha aprobado desde el ámbito nacional.
Por otra parte, respecto al tema de seguridad, el CTPD cuestiona el hecho de la inexistencia de
proyectos que atienda las mayores preocupaciones de la ciudadanía -especialmente de los
barrios de la periferia- referentes al microtráfico, señalado por las propias autoridades como el
mayor causante de los temas de violencia, sicariato e inseguridad. Las comunidades señalan la
existencia de verdaderas mafias ligadas a este fenómeno, no tratado en el PDD. Relacionado
con esto, además resulta preocupante la no inclusión del problema referido al papel de las
autoridades frente al manejo y control de los lugares de expendio de drogas y la participación
de la ciudadanía. Resulta inquietante que en relación con el tema de la seguridad no se
mencione la cuestión de la INTELIGENCIA. La ciudadanía percibe que son demasiados los
recursos invertidos en seguridad, los cuales no se corresponden con los resultados alcanzados.
Al respecto además existen serios cuestionamientos a la financiación de equipos desde las
localidades, cuando la obligación corresponde al Fondo de Vigilancia y Seguridad.
Una de las mayores preocupaciones del CTPD se refiere efectivamente a la participación en los
procesos de Planeación. Considera que Bogotá carece de un Sistema Distrital de Planeación, el
cual debe crearse integrado por entidades distritales y por las instancias de Planeación
participativa, en que se designen unas funciones muy claras y se les entregue unas
competencias y recursos. La Participación Ciudadana con decisión es muy importante, y los
CABILDOS propuestos son vistos como escenarios que pueden partir la historia de la
participación. Sin embargo existen preocupaciones, pues se ha creado mucha expectativa, pero
también existe desinformación, desconocimiento y desconcierto frente al tema, por lo que se
requiere precisión y aclaración sobre todo el tema de la Participación y sus alcances. Una de las
inquietudes se refiere a multiplicidad de escenarios de participación, que genera confusión
entre la ciudadanía, lo cual se ve reflejado en la poca inscripción de la ciudadanía para los
ENCUENTROS CIUDADANOS en las Localidades. Otras inquietudes se dirigen a la capacidad
de los gestores y funcionarios de IDPAC para promover la participación y en la impresión de
que se está improvisando con el tema.
Además, la idea es convocar a la ciudadanía para que participe en tres niveles: asuntos de
ciudad, localidad y territorio menores (UPZs); se podría conducir al agotamiento de los
participantes, por ello, la propuesta metodológica debe ser ágil y contundente en su aplicación.
Si se tiene en cuenta, que todos(as) los(as) ciudadanos(as), tienen derecho a la participación en
la vida política local mediante la elección libre y democrática de los representantes locales, así
como en todas las decisiones que afecten las políticas locales de planificación, producción,
renovación, mejoramiento y gestión de la ciudad, se aconseja que las reglas de los
mecanismos de participación sean claras, comprensibles, eficaces, y permitan su desarrollo, y
expliciten el procedimiento en la metodología escogida. Por tanto, cualificar tanto a los
funcionarios como a los ciudadanos que participan, no solamente para esta coyuntura, sino
para explorar escenarios futuros de ciudad desde una visión global de la misma, puede ser un
incentivo.
El CTPD considera que “Defender y fortalecer lo público” esbozado en el tercer eje del PDD,
debe reflejarse fortaleciendo las instancias de Participación como el Consejo Territorial de
Planeación Distrital, los Consejos Locales de Planeación (C.L.P.) y otras instancias sectoriales y
territoriales. Activando el Sistema Distrital de Participación Ciudadana, promulgado en el
marco de la Ley 152 de 1994, que incluya tanto a las entidades encargadas del tema como a
las instancias de Participación distrital y local.
Así mismo, crear una Secretaría Distrital de las Mujeres, haría que visibilizara aun más el
papel que cumplen éstas en la sociedad, propuesta reivindicada por el Consejo Consultivo de
Mujeres, al igual que se realicen pilotajes de presupuestación participativa sensible al género y
crear e implementar una escuela de formación a servidores y servidores públicos para la
equidad de género; teniendo en cuenta que la ciudad, ya ha avanzado, en el tema en algunas
localidades, tales como Rafael Uribe Uribe y Barrios Unidos. En el mismo sentido el CCM,
propone que dentro del Programa Presupuesto participativo vinculante, el proyecto educación
ciudadana para la participación es necesario incorporar una meta orientada a cualificar y
desarrollar las competencias técnicas y políticas de las mujeres y sus organizaciones para su
incorporación en los procesos de presupuesto participativo.
El CTPD considera por otra parte que es imprescindible democratizar los procesos de
contratación, lo cual puede entenderse como un factor que ayuda a batallar contra la
corrupción en las entidades contratantes, sino que además contribuye a facilitar la
participación ciudadana en la gestión pública y el ejercicio del control social a la gestión de
las entidades distritales según lo establecido en el Estatuto Básico de Organización y
Funcionamiento de la Administración Pública - Ley 489 de 1998 y lo establecido en la Ley 850
de 2003 reglamentaria de las veedurías; así mismo, adelantar contactos con el Departamento
Administrativo de la Función Pública para adelantar proyectos específicos en el marco del Plan
Nacional de Formación para el Control Social a la Gestión Pública.
El CTPD recoge propuestas de implementar elementos de seguimiento y control social tales
como la Consulta ciudadana, encuestas de opinión, recepción de quejas y sugerencias de los
ciudadanos y/o usuarios de servicios, audiencias públicas ante situaciones conflictivas graves,
elementos que ayudaran igualmente a parar la corrupción.
Además se considera que el Gobierno Digital debería incorporarse en dos sentidos: las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba,
destinadas a la generación de asuntos de participación ciudadana que, junto a otras acciones,
contribuirán a mejorar el debate público y fortalecer la cultura ciudadana. Aunado al implemento
de la nueva tecnología se debe crear, potenciar y consolidar redes amplias, flexibles e
inclusivas, dedicadas a la participación, planeación y seguimiento de las actividades de cada
uno de los proyectos que resulten de los Planes Locales y el Distrital.
El PDD plantea 4 objetivos y 11 estrategias para su cumplimiento. Sin embargo se encuentra
que no menciona una causa fundamental del deterioro de lo público, como la apropiación que el
sector privado hace de lo público con intereses que no son los de la sociedad. Administraciones
anteriores han entregado el manejo de muchos bienes públicos a manos privadas. En Cultura
tenemos muchos ejemplos y en Educación los más sobresalientes son el de los colegios en
concesión y la operación de las bibliotecas. En el CTPD se considera urgente la recuperación
de lo Público para lo Público y redefinir la relación con lo privado ya que la administración no
puede continuar entregando los activos de la ciudad para usufructo del sector privado. Tampoco
se puede continuar tercerizando y entregando el desarrollo de servicios públicos y sociales a
operadores privados que no tienen vocación de servicio sino de ganancia.
Sería conveniente que el PDD hiciera claridad acerca de si son deseables y necesarias las
alianzas temporales entre sector público y privado como las que se proponen para hacer viables
programas tan importantes como la jornada extendida. Sin embargo no hay que confundirlas
con las concesiones que se otorgan para la explotación de bienes públicos y que delegan la
prestación de servicios, tales como colegios en concesión, parques y bibliotecas públicas
mediante contratos y convenios de diversa índole. Y mientras sea posible que el Estado asuma
directamente la administración de estos bienes el PDD debe plantear exigencias mínimas que
deben ser cumplidas por la contraparte privada, por las alianzas, los convenios de asociación,
para la administración de bienes y servicios públicos en concesión, que garanticen que siempre
prevalezca el interés público en el uso y explotación de estos bienes y el control por parte de
Estado y de la ciudadanía. En ese sentido el CTPD plantea la necesidad de reversar
contrataciones de servicios públicos a privados como en EAAB, Energía, UAESP, entre otros,
bajo el argumento de que algunas de esas operaciones privadas le resultan más onerosas tanto
a la ciudad como a los usuarios.
El CTPD encuentra a su interior debates muy interesantes frente al tema de la inclusión de los
enfoques de derechos y diferenciales para hacer efectivos los derechos de las poblaciones y las
minorías. Se considera que la cuestión no está en el reconocimiento y el disfrute del derecho,
sino en la deliberación y la posibilidad de construir los derechos de esas minorías. En ese
sentido, tanto las mujeres, como los LGBTI, jóvenes y niños realizaron interesantes propuestas
que son objeto del debate. El CTPD acoge, la discusión planteada por la población LGTBI en el
sentido de que, en la Propuesta de PDD, ésta se encuentra invisibilizada y preocupa que se
quiera direccionar la política pública en todos sus componentes hacia la Secretaría de
Integración Social, cuando se tienen espacios construidos en otras Secretarías, como es el
caso de Gobierno. Esta población considera que la política no se puede reducir al goce efectivo
del derecho, sino que debe garantizarse el tener la posibilidad de profundizar en la discusión
conceptual y de las categorías a través de enfoques de derechos.
Finalmente, el CTPD considera que, desde la misma discusión y elaboración del presente PDD,
queda la impresión de la descoordinación institucional del Distrito, con comportamientos
dispersos, cruce de competencias, contradicciones entre funcionarios. El CTPD reitera
inquietudes frente al hecho de que entidades y funcionarios no atienden las inquietudes e
invitaciones para la discusión del PDD en escenarios de participación ciudadana.